Milenio Puebla

Pasó tres meses en la cárcel por un cargo falso de robo agravado

- Ignacio Alzaga/ México

Estuvo casi tres meses en prisión por un robo a mano armada que no cometió. La falsa acusación de la procuradur­ía capitalina le pudo haber costado 14 años en la cárcel, pena que el Ministerio Público pidió al juez. Errores y omisiones de las autoridade­s se combinaron para denegar justicia, hasta que el MP fue incapaz de sostener la imputación.

Jorge Eduardo Martínez Leyva, de 18 años, fue encarcelad­o en noviembre de 2017 tras haber sido acusado de asaltar con violencia a una persona, lo que fue avalado por la fiscalía de Azcapotzal­co que encabezaba Diego Flores Mejía.

Los cargos se realizaron pese a que videos de las cámaras de seguridad y vigilancia de Ciudad de México y la propia víctima revelaron que él no era el delincuent­e. Clemente Sandoval, abogado del joven, manifestó que en este caso “se fabricó un culpable”. El denunciant­e Lorenzo “N” declaró que un delincuent­e lo asaltó y abordó una camioneta Toyota roja, lo que generó el folio de emergencia C5/1711/17/03341, mediante el cual el Centro de Control y Comando C2 inició la búsqueda.

Alrededor de 16 minutos después, el operador de videocámar­as Jesús Salas detectó circulando en la zona del asalto una Toyota de modelo reciente guinda en la que iba el imputado con unos amigos.

El vehículo no era el mismo al que subió el criminal; con base en la videovigil­ancia, policías preventivo­s detuvieron al imputado y tres jóvenes más que lo acompañaba­n, entre ellos su hermano.

Lorenzo, la víctima, dijo a un mando de la Secretaría de Seguridad Pública capitalina que ninguno de los detenidos era el delincuent­e, pero el servidor público le dijo que debía sostener la acusación “porque realizamos un operativo y arriesgué a mi personal”.

Todos fueron trasladado­s a la Fiscalía de Azcapotzal­co y fueron presentado­s sin arma alguna ante el Ministerio Público, que inició la carpeta de investigac­ión CI/FAZ/ AZ-2/UI-2, por robo agravado.

Con autorizaci­ón del fiscal Flores Mejía, todos fueron presentado­s ante un juez de control e ingresados a un penal de Ciudad de México.

Tres de ellos obtuvieron su libertad una semana después, “pero en el caso de Martínez Leyva fue evidente la violación al debido proceso”, explicó el abogado.

Pasaron casi tres meses y ante la falta de elementos para sostener la imputación, la procuradur­ía se desistió de la acción penal,

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