¿Revisará AMLO también la unificación de yacimientos?
Con cada encuesta que confirma la tendencia alcista de Andrés Manuel López Obrador en las preferencias electorales también aumentan las probabilidades de que su eventual política energética incluirá la revisión de muchos de los contratos y licitaciones que se han dado al amparo de la reforma energética. Eso es algo que han proferido tanto el propio candidato, que ha ido bajando su tono beligerante en esta materia, como sus principales asesores económicos, como Abel Híbert y Alfonso Romo. El primero es responsable de delinear los capítulos económicos del Proyecto Alternativo de Nación de AMLO, quien ha dicho que una administración de Morena y sus aliados no implicaría cambiar la reforma energética. Lo que buscarían, dice, es disminuir la dependencia energética desde una perspectiva de seguridad nacional y con una mejor y mayor producción petrolífera. Con ello, dice Híbert, no descartan que siga la participación del sector privado.
Y harían bien en no descartarla, ya que se vienen tiempos promisorios para la producción de petróleo y gas asociado. Ahora destaco una iniciativa que, si no se le mueve nada, podría regresar mucha de la producción de crudo que se nos ha perdido en los años en que Pemex ha quedado relegada y explotada. Esta iniciativa, que ya está autorizada y curada, trata de las recientes regulaciones de la Sener que permiten la unificación de yacimientos compartidos. Esto viene porque que tras el hallazgo del año pasado de pozo Zama-1 por parte de Talos Energy (de EU), Premier Oil (Reino Unido) y la local Sierra Oil&Gas, y que alberga por lo menos 1.4 mil millones de barriles de crudo, se comenzó a hablar de que los yacimientos podrían extenderse a bloques vecinos que controla Pemex. Para evitar problemas, como el infame
efecto popote, en el cual petroleras de EU supuestamente podrían robarse crudo de aguas mexicanas, la Sener —con la opinión de la Comisión Federal de Mejora Regulatoria— autorizó el procedimiento de unificación de campos petroleros en yacimientos mexicanos.
Con la unificación, tanto los operadores privados de Zama como Pemex podrán compartir recursos e infraestructura en yacimientos adyacentes para una mejor exploración y producción de los hidrocarburos en esa zona.
Con ello, el costo-beneficio sería enorme para Pemex, ya que, por un lado, la empresa mexicana cobrará regalías por todo lo que se extraiga y, por el otro, ahorraría miles de millones de dólares en instalaciones, renta de plataformas, uso de ductos, etcétera, al unificar sus pozos aledaños a Zama.