¿Y dónde están y dónde están?
robablemente sea yo uno de los pocos que le daban una oportunidad al Tri frente a Alemania. Está grabado, lo pueden consultar en NoticiasMvs.com en el podcast del programa Charrosvs.
gángsters del pasado viernes, no vaya a ser que digan que soy de esos oportunistas a la ambigüa que ahora están trepados en el tren del mame del triunfalismo pambolero, que ve en esa victoria la posibilidad de una remontada electoral de Anayita o el dotor
Mit (o sea, puedes recuperarte si vas dos a cero, pero 20 a cero está perrón) o de quienes interpretan ese triunfo frente a la inatacable Alemania como la demostración de la posibilidad innegable de un cambio radical (digo, aunque esté difícil, primero metan en cintura a #LadyFacturas, pero no como exigen algunos, obligándola a pagarle la próxima tanda de escorts a los seleccionados ni aunque sean danesas de aquéllas). Además, para recuperar el rating perdido, los candidatos, incluyendo a “ya sabes quién”, tienen que hacer algo heroico, inusitado, disruptivo, emocionante, cabrón, para llevarse las palmas, las orejas y el rabo, y que quede tatuado en el alma del inconsciente colectivo y la cultura popular. Algo que incluya lo que Osorio y el
Chucky Lozano bien conocen: la humildad que no tiene nada que ver con una falta de autoestima, es decir, respetar al rival (no como el youtuber pendejo que quiso fornicarse a la bandera alemana, quizá inspirado por Eugenio Derbez, luego de haber sido echado a empellones del estadio de Luzhniki por vándalo), reconocer sus capacidades, pero sobre todo no echarle en cara su triunfo ni señalar con árido revanchismo a ninguno de los millones de críticos que tuvo el equipo y que, ahora, en un giro de tuerca cuántico, se han convertido en su fanaticada más irredenta.
Digo, para dar un ejemplo: una de las maneras para ganarse el apoyo del populacho y tal vez sacarse de encima algo de la abrumadora diferencia en las encuestas para don Pepe Mit (lo último de Bloomberg pone al Peje con 50 por ciento de intención de voto, mientras que ChickenLittle tiene 24 por ciento y Mit está en el mero sótano con
El Bronquitis aguda) sería negar tres veces a su amigo, que digo su amigo, su hermano
Robero Deschamps. No es que no tuviera que hacerlo antes, pero lo de su megamansión en Kafkapulco hace ver a Layda Sansores como una párvula que se queda con los cambios. Igual es envidia, pero por lo menos nos debería de invitar para sentirnos como
Luismi en la casa de playa de Jaime Camil. En ese sentido, RitchietheRich Anaya podría levantar algo de atención si ofrece meter al tambo a todos los que están en la privatización del agua (parece que quieren llevar el precio del preciado líquido al nivel de la gasolina y el dólar) y, de paso, amenazar con mandar a chirona también a Videgaray si no protesta por la crisis humanitaria que Trump ha iniciado, con el empeño de Atila, al arrebatarle sus hijos a los padres que crucen la frontera ilegalmente.
No todo está perdido.