Los negocios detrás de los niños enjaulados de Trump
Desde su campaña electoral, el presidente de Estados Unidos anunció no solo el muro con México, sino el aumento en el presupuesto de la Patrulla Fronteriza, así como crecer el número de efectivos en la frontera.
El caso es que no ha sido sencillo conseguir por parte del Congreso el presupuesto multibillonario que requiere la medianera de 3 mil 800 km ni encontrar personal que cubra las 5 mil vacantes anunciadas.
Hoy hay 19 mil 346 agentes fronterizos, 300 menos que en 2017 y 2 mil menos que durante la última presidencia de Obama. No solo no consiguen atraer a nuevos efectivos con jugosos bonos anuales, sino que la mayoría de los que se presentan, ni más ni menos que 65 por ciento, no pasa las pruebas de conocimiento ni los test de seguridad.
Allá, como aquí, nadie quiere perder en el siguiente año ni un peso del presupuesto que se está ejerciendo y se buscan las formas para mantener y de ser posible, aumentarlo.
En diciembre fue muy controvertida una contratación del gobierno estadunidense con la consultora Accenture para que le solucione este problemita de recursos humanos: se trata de un contrato a cinco años por 297 mdd para contratar a esos 5 mil agentes fronterizos, 2 mil empleados aduanales y 500 agentes de la Marina y la Fuerza Aérea, todos para cuidar la frontera sur. Además de los nuevos puestos, y a pesar de la caída en detenciones, el presupuesto de la policía migratoria también creció este año (unos 2 mil 700 mdd) y uno de los aumentos más fuertes de 25 por ciento fue justo para el rubro “camas de detención de inmigrantes”, un aumento de 25 por ciento sobre el nivel aprobado de 2017, “para los 52 mil arrestos promedio diarios” que prometieron para 2018.
Sin conseguir los dineros necesarios para el muro (gastaron 20 mdd en prototipos) ni aumentar los gadgets tecnológicos, éste es el mayor gasto en lo que va de la administración Trump para aumentar la seguridad fronteriza con México. Hubo mucha polémica por este contrato que significa un costo promedio de 40 mil por contratación, básicamente porque ahora se justifica menos que nunca esos puestos. Las detenciones de inmigrantes ilegales están cayendo: de 1.2 millones de capturas en 2001 a 309 mil 916 en 2017, la cifra más baja en los últimos 46 años. De hecho, en noviembre el inspector general del Departamento de Seguridad Nacional dijo no tener suficientes datos para justificar estas contrataciones nuevas.
Lo que sí aumentó fueron los pedidos de asilo, sobre todo de familias de Centroamérica, quienes son los que ahora sufren esta “tolerancia cero” de la Casa Blanca, donde uno de los pilares más infames es la separación de padres e hijos.
Tal vez este escándalo inhumano de ver niños encerrados en centros de detención y las escenas desgarradoras sean una manera de demostrar que sí era necesario más personal: antes un agente se encargaba de una familia entera y ahora hay que tener agentes extras para cuidar a los miles de niños que encierran en estos terribles lugares.