Halconcillos, autores de los asaltos a taxistas
Los autores de los robos que se han perpetrado a taxistas en últimas fechas son jóvenes que anteriormente eran “halconcillos” y ahora siguen buscando la forma de delinquir, afectando ahora a los transportistas, declaró el líder local de la CTM, Fermín García Merino.
Indicó que jóvenes que anteriormente se dedicaban a avisar a los huachicoleros sobre la presencia de la policía municipal, estatal u otras corporaciones, con el objetivo de que se pudiera hacer la extracción o venta del hidrocarburo robado, ahora son quienes han llegado a esta ciudad a delinquir.
Al frenar esa actividad buscaron una u otra manera de continuar obteniendo ingresos de manera ilícita, en este caso lo hacen afectando a los dueños de unidades particulares que laboran en el servicio público cómo son los taxistas, delito que se ha presentado en una alta cantidad de hechos semanalmente, estimando entre 3 a 5 que en su mayoría son con violencia.
Han detectado que hay jóvenes que abordan las unidades de alquiler, solicitan sean llevados a distintos puntos en la periferia de la ciudad, incluso en colindancias con otras demarcaciones, el objetivo de llegar a esos lugares es porque buscan evitar que la policía municipal llegue de manera oportuna y los detenga en flagrancia de los hechos.
El dirigente de la CTM en Tehuacán, mencionó que los casos en muchas ocasiones son llevados ante la Fiscalía General del Estado para que haga las investigaciones y con ello la detención de quiénes son responsables de este tipo de ilícitos, pero a la fecha no se ha logrado detener a algún responsable. i se parte de la premisa de que los hábitos de los consumidores afectan el entorno, entonces debiera hacerse un esfuerzo por comprender los motivos del comportamiento de las comunidades de consumo, así como los factores y elementos que pueden apoyar en la decisión de compra que genera acciones que afecten lo menos posible el ambiente.
Desde los años 80, las investigaciones han volteado la mirada hacia el estudio de las prácticas relacionadas con la manera en que se está afectando el entorno, debido al tipo de acciones que se tienen sobre el consumo de mercancías de diferente índole. Las sociedades de consumo se han diversificado de tal manera, que ahora, hasta el tipo de materiales que tienen los recipientes de alimentos, es tema de discusión en los grandes foros sobre medio ambiente como la Organización de las Naciones Unidas (ONU), o la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO).
Las tendencias de las investigaciones al respecto muestran que los individuos en menor medida consumen de manera genérica, sino atendiendo demandas de la comunidad a la que pertenecen, lo que ha obligado a las empresas a ampliar sus líneas de producción, fragmentando cada vez más los mercados, haciendo del acto de consumo una cuestión muy particular e individualizada, dejando de lado el bienestar social.
La invitación a las grandes y pequeñas empresas parece girar en torno a distinguir lo que representa un B2B (beneficio tanto para el consumidor como para las empresas), donde ellas no pierdan rentabilidad o ganancias, pero donde el consumidor, visto como una comunidad de consumo, no sea quien esté propiciando un daño inimaginable.
Sin duda, esto exige innovación y creatividad, los consumidores han mostrado la intención de participar en programas sustentables, pero de igual manera han coincidido en la necesidad de obtener información para la toma de decisiones acertadas. Otro ámbito es la regulación, puesto que el ámbito legal parece haber quedado de lado y es donde se puede hacer presión a la conducta de consumo, incluyendo normas, políticas que a nivel interno de las organizaciones empiecen a crear un efecto dominó que alcance un mayor público.
El consumo, uso y desecho de los residuos de todo lo que las comunidades consumen, debe ir más allá de una elección por gusto, y convertirse en una elección por satisfacer una necesidad, o varias si así fuera el caso, pero bajo la total conciencia de que eso tendrá una consecuencia, ya sea positiva o negativa, no sólo al ambiente, sino a la vida de las generaciones de nuestros hijos y demás población.