La diversidad, opción para recuperar el CH: Delmont
“La participación ciudadana en los procesos de hacer ciudad” hasta el 30 de junio
En el caso de las casonas históricas y abandonadas del Centro Histórico de Puebla, siempre debe haber un trabajo en pro de rehabilitación del patrimonio, que se puede hacer, que se puede asir con la participación de la gente, de los habitantes, del común de los mortales. Ahí el primer incentivo es que se convenzan de que la calidad de vida está en la diversidad social. Vivir en un sitio donde todos somos iguales, donde todos somos ricos o pobres, la concentración de lo mismo, eso es matar la economía, y matar la felicidad del ser humano, aseguró en entrevista Felipe Delmont, asesor internacional de la Unesco.
Ejemplificó con “una urbe histórica” “donde la ciudad daba mucho empleo; la gente que trabajaba para el dueño vivía con él, a un lado de su casa; las vecindades se desarrollaron así, lo cual hace una economía posible, con muy poco gasto, porque en vez de construir a escala, con grúa y alguna otra maquinaria, lo hicieron usando la mano de obra del sitio, lo cual logró una mejor vida porque, además, crea agradecimiento y una relación social y económica”.
Ponente magistral del primer congreso internacional “La participación ciudadana en los procesos de hacer ciudad” que organizan la Facultad de Arquitectura de la UAP, la Facultad de Geografía e Historia de Barcelona, y Re Genera Espacios, aseguró que esa es una economía “que valoriza una forma de vida que buscan las personas de muchos recursos, porque lo primero que hacen los estadunidenses es venir a ver esas ciudades históricas, a ver cómo vive la gente que todavía tiene una riqueza cultural”.
Puebla de caminos cortos
Felipe Delmont explicó durante su ponencia en el Paraninfo de la UAP, donde los trabajos del primer congreso internacional “La participación ciudadana en los procesos de hacer ciudad” continuarán hasta el sábado 30, que la participación de la Unesco en el proyecto “Puebla, la ciudad de los caminos cortos”, del cual se publicó un libro impreso y electrónico, fue para proponer una urbe donde la gente viva cerca de donde trabaja y, citó, no se llegue a casos extremos como en la Ciudad de México, donde hay gente que vive a cuatro horas de donde labora.
Para esas habitaciones en el abandono, opinó “creo que se deben hacer programas de acceso (…). Por lo tanto, se puede acelerar procesos mediante los cuales se abran habilitaciones de sectores muy empobrecidos o abandonados de la ciudad que pueden servir para construir la ciudad de los caminos cortos”, aquella donde la gente vive cerca de donde trabaja.