CÓMO RENUNCIAR A UN PARTIDO INDECOROSO CON DECORO
Tras la estrepitosa derrota electoral, Damián Zepeda abandona la dirigencia del PAN y René Juárez la del PRI. ¿Qué pueden hacer para irse de la manera menos vergonzosa?
Damián Zepeda A muchas personas les cae bien la gente que reconoce sus defectos, no los soberbios que no aceptan que los gobernadores de su propio partido exigieron su renuncia, y andan alardeando: “yo me voy porque quiero, cuando quiero y como quiero. ¿Quihobo?” Cuando dice que “hay que escuchar todas las voces”, obvio se refiere a elefantes rosas que le susurran al oído: “Calderón, Cordero y otros traidores tienen la culpa de que se haya revertido el voto oculto que nos favorecía”. Derechito a Oceánica. Más que nada, para poner el ejemplo de las ventajas de juntarse con partidos ganadores, en vez de partiduchos en decadencia, tipo el PRD. René Juárez No inspira confianza quien primero dice: “Pepe Meade es el hombre que genera confianza y certidumbre para conducir los destinos de la patria”, y luego declara: “Fue mala idea aceptar un candidato externo”. Que vaya con el doctor del spot que atiende viejitos. Declarar: “Tengo una actitud humilde y generosa de inclusión, con ideas que se acomodan a la nueva realidad del país”, para regresar a los megamítines con acarreados, matracas y bandas militares, no atrae la simpatía de quienes vivimos en un mundo dinámico y moderno. Aunque sea de dientes pa’ afuera, ya que la única “unidad del PRI” consiste en futuros planes para robar; por lo menos que aparente un mínimo desinterés por las relaciones tóxicas.