Austeridad republicana
Salvo tres o cuatro puntos, los 50 lineamientos de austeridad y contra la corrupción le parecen a Gil una payasada... Con la pena, pero mejor reducimos las computadoras, los lápices, los gastos de representación y los Uber.
G ilga acepta que sigue al mundo, aunque el mundo debería seguirlo a él. En el amplísimo estudio se dictaron las normas definitivas de austeridad republicana: 1. Gilga abandonará el amplísimo estudio y se mudará a un clóset pequeño. Desde esa oscuridad dictará sus gacetillas honradas. 2. No habrá más mullidos sillones, se acabó ese privilegio, desde hoy, sillas de madera sin cojín para las asentaderas. Con los luchadores no hay tu tía. 3. Cero champaña en el amplísimo, en su lugar y si fuera necesario puro Tonayán. Ja: olviden el Glenfiddich 15, nunca más esa bebida neoliberal. 4. Los libros del estudio se regalarán y que nadie venga con sus ideas contra el pueblo, solo se comprarán los libros necesarios.
Este es el plan de austeridad republicana que implementará Gil ( grandísimo verbo impresionanti) con la intención de ahorrar, no 500 mil pesos, pero unos cuantos dólares. Se acabó el derroche en casa de los Gameses. Que uno de los Gameses quiere un Uber; nada, al Metrobús; que el Gamés heredero desea la barbacoa, con la pena y pene, o como se diga, no hay la barbacoa, puro tamal calientito. ¿Qué les parece el plan de austeridad de Gil? El ahorro será mayúsculo y logrará con ello un mundo mejor. ¿No le creen a Gilga? Pues no le crean y ya. Bonos del Ahorro Nacional Le van a decir a Gilga hasta de lo que se va a morir, pero ahorrarse unos pesos en computadoras le parece una locura. Gamés jura y perjura que si todos regresáramos al año 2- Conejo, gastaríamos muy poco dinero y nuestros corazones latirían al aire libre. Vistas así las cosas todos los burócratas podrían descalzarse. Sumemos los pares de zapatos que muchas veces paga el mal gobierno. Esa cantidad insignificante crecería en la prensa como una montaña de honestidad. ¡Qué honrados y bellos sus pies! ¿Qué podólogo lo atiende? Esto ya es, en definitiva, la cuarta transformación, ¡mames!
Revisión de contratos, de acuerdo; reformar el artículo 108 constitucional, va; y luego, bagatelas; por cierto, la demagogia es una forma de la corrupción. Es decir, el funcionario público, por serlo, equivaldrá a un delincuente en potencia: que se le investigue a este director general sospechoso de corrupción. Y apaguen las luces, desde ahora las reuniones se realizarán a oscuras: ¿está pierna es la suya Lupita? Ya, Ramírez, no ande toqueteando. Y cuelguen los teléfonos: aquí nadie habla porque vamos a ahorrar; pueden hablar, pero con ustedes mismos y ante el espejo: ¿cómo te va Sánchez? Hoy te ves jodidón, pero hemos ahorrado para la Cuarta Transformación. ¡Pérez!, ¿por qué no fue a su cita en Cuautitlán? Es usted un flojo y un irresponsable. Señor, sí fui pero a pie porque no tenemos para la gasolina. Tardé tres horas, estoy exhausto. Lineamientos Salvo tres o cuatro puntos, los 50 lineamientos de austeridad y contra la corrupción le parecen a Gil una payasada. Señorita contralora, si compra lápices la metemos a la cárcel. Dios de bondad. Esa idea de la corrupción no sirve para maldita la cosa.
El nuevo gobierno debería explicarnos cómo, cuándo y con qué mecanismos se realizó La Estafa Maestra; por dónde pasó el dinero que llegó a las manos de
Javidú en Veracruz; con qué contratos trabajaba el Grupo Higa; cómo llegó a la gubernatura Roberto Borge y por qué pudo vender terrenos federales a precios de risa; que nos digan dónde está César Duarte; que con todas las de la ley revisen las cuentas de los partidos. El que no investiga es cómplice, medita Gilga.
Con la pena, pero mejor reducimos las computadoras, los lápices, los gastos de representación y los Uber. ¿Así será la austeridad republicana? Borrón y cuenta nueva y nadie toma un taxi porque no hay dinero. Es que de veras.
De hoy en adelante, el que quiera trabajar en el gobierno será por necedad e ignorancia. Aquí les va este jefe de departamento: tiene una cara de pillo tremenda, vigílenlo de cerca, estamos ante un grandísimo delincuente. ¡Rodríguez se gastó 5 mil pesos en unas fotocopias! ¡Corrupto!
Todo es muy raro, caracho, como diría Marguerite Duras: Cuando se tiene cierta moral de combate, de poder, hace falta muy poco para dejarse llevar, para pasar a la embriaguez, al exceso.