Alta traición
Frente a la incredulidad de propios y extraños, esta semana el presidente de Estados Unidos decidió acercarse públicamente a Vladímir Putin, alejándose así del resto del mundo. Las críticas y los regaños para los aliados estadunidenses durante la cumbre de la OTAN contrastaron días más tarde con el cariño y la flexibilidad que Trump mostró frente el presidente ruso.
No es un asunto menor. Para muchos, la cumbre de Helsinki marca el inicio de un nuevo orden global, en el que el arquitecto del sistema que ha dominado las relaciones internacionales durante más de medio siglo decide alinearse con los líderes del autoritarismo y sus intereses.
No sorprende que un hombre como Donald Trump se sienta más cómodo cerca de Putin que junto a Merkel y lo que llama la atención es que lo haga en medio de una investigación sobre la injerencia rusa en sus elecciones , y que ocurra gracias a la complicidad del partido que utilizó para llegar al poder.
La mayoría de los republicanos dice rechazar la forma en que Trump empuja a socios y vecinos mientras abraza a quienes hasta hace poco eran considerados adversarios históricos. El problema es que su rechazo no se traduce en críticas para el presidente o en acciones legislativas que limiten el daño que provocan estas decisiones.
Lo de Trump es una estocada a los principios de la democracia liberal y al orden diseñado por Washington desde el fin de la Segunda Guerra Mundial. Es también la evidencia más clara del tipo de control que Moscú ejerce sobre el presidente de Estados Unidos. Pero la traición de la que tanto se habla en estos días la cometen los republicanos. Los mismos que durante años incubaron las condiciones para que existiera este presidente y que hoy permanecen en silencio ante el asalto que ha montado contra las instituciones.
Ante la falta de cualquier consecuencia política, la esperanza entre quienes todavía creemos en “la ley y el orden” se concentra en la investigación del fiscal Mueller y las repercusiones legales que ese proceso pudiera tener para un Trump blindado en cualquier otro frente.