Es que 71% de la ciudadanía que acudió a las urnas desaprueba la gestión de Enrique Peña Nieto, solo 24% la avala en alguna medida; nunca se habían presentado porcentajes tan altos de rechazo de un mandatario
Un dato para analizar
la elección del 1 de julio, Morena no gobernaba en ninguna entidad, y ahora encabezará cinco de las nueve entidades que se renovaron.
Entre quienes votaron por Jaime Rodríguez Calderón, 50 por ciento desaprueba la gestión del actual gobernador en Nuevo León. En tanto, 53 por ciento del electorado de Anaya dijo desaprobar la gestión local, y 42 por ciento de quienes votaron por Meade también criticó al gobierno en turno.
En conclusión, podemos decir que la aprobación de gobierno es una variable fundamental para entender las decisiones del electorado, ya que el apoyo o rechazo de la ciudadanía contra una administración explica en mayor o menor grado la forma en que votan las personas. Los resultados de la encuesta de salida muestran que en la elección presidencial tuvo un mayor peso la desaprobación del gobierno federal que la de los gobiernos estatales, y que el margen de maniobra del candidato del partido en el gobierno en realidad era muy reducido.
Durante el proceso electoral frecuentemente observamos publicidad de candidatos a gobernador, diputados federales y locales, o presidentes municipales con el abanderado presidencial de su partido a su lado. En el caso de Morena, esa estrategia publicitaria asumía que el capital político de López Obrador era de tal magnitud que bastaba con asociarlo con el candidato local. Si bien es cierto que nunca vimos tal tipo de publicidad en los candidatos priistas, una explicación es que el elector tenía en la mente la imagen de los aspirantea al lado de la del Presidente. Ahí la relevancia del porcentaje de aprobación presidencial con el que se llega a una elección.