Schweblin, la fascinación por lo extraño y lo real

La escritora argentina Samanta Schweblin encontró en los hechos de la vida diaria elementos que le permiten jugar en el terreno de lo fantástico: no de los monstruos o del horror, sino donde la fantasía se pierde en los límites de la realidad, quizá uno de los aspectos que unen a los relatos reunidos en misma de quien ahora los leyó para volver a publicarlos. “No puedo juzgar si cambió o no la escritura, pero sí debe existir una atmósfera a la que están conectados. Siempre hubo fascinación por el límite entre el mundo de lo extraño, el de lo fantástico, y nuestro mundo, el de lo real, de lo que nos pasa todos los días”, asegura.

Ella tiene la sensación de que en la tradición más argentina del cuento fantástico suele aparecer un gran signo de interrogación, que de muchas maneras vuelve en esta edición. “Ese signo de interrogación empieza a dibujarse en el fondo del cuento y una se pregunta: ¿de verdad esto puede pasar? ¿Esto realmente está ocurriendo? Nunca termina de afirmarse, y si acaso se confirma es en la cabeza del lector, con lo que la fantasía queda supeditada al otro”.

Schweblin reconoce que los deseos, los monstruos y los miedos son universales en el sentido de que son humanos: “En nuestros miedos, preocupaciones y límites nos parecemos mucho más de lo que nos gustaría”.