GUTIÉRREZ: ME DEDIQUÉ A PREPARARME, LUEGO A CONFORMAR EL EQUIPO
Nacido el 13 de mayo de 1979 en la capital poblana, Juan Gutiérrez Méndez, fue durante su niñez y juventud alguien sedentario, quien tras confirmar que su salud estaba en riesgo decidió darse la oportunidad de cambiar por medio de las carreras de ciudad
Una vez más queda comprobado que el deporte como agente de cambio es eficaz al 100 por ciento, ya que sin importar condiciones sociales y físicas, la actividad atlética transforma radicalmente las vidas de quienes lo practican, así el caso del poblano, Juan Gutiérrez, quien vivió una transformación absoluta gracias al atletismo.
Nacido el 13 de mayo de 1979 en la capital poblana, Juan Gutiérrez Méndez, fue durante su niñez y juventud alguien sedentario, quien tras confirmar que su salud estaba en riesgo a consecuencia de la falta de trabajo físico y aeróbico, decidió darse la oportunidad de cambiar por medio de las carreras de ciudad.
“Es algo curioso porque deportista jamás fui, de hecho llego a estas instancias del deporte por cuestiones de salud, yo estaba bastante gordito, sufría muchos malestares de la obesidad, gastritis, colitis, subir escalones me costaba muchísimo trabajo, agacharme me mareaba, fue algo muy complicado y decidimos ingresar al deporte por medio de las carreras”.
Fue a través de una convocatoria laboral que Juan inició su andar como deportista, que si bien reconoce no fue de inmediato a un alto nivel, dicho momento fue clave para marcar un antes y un después en su historia, lo que en él despertó esa chispa, esa pasión que se encontraba dormida y que sólo requirió de una pequeña muestra.
“Tenía yo 34 años, con todos los malestares, hubo un acercamiento por medio del trabajo, había carreras que patrocinaba la empresa, nos daban cortesías, fue el pretexto para iniciar a hacer deporte, aparte iban varios de mis compañeros de trabajo, lo que nos permitía irnos en grupo, guiarnos, porque uno solo a veces es un poco complicado, hacer el compromiso con más gente, eso fue lo que me motivó, empecé así, poco a poco, carreras de 5 kilómetros, yo según daba mi máximo esfuerzo pero llegaba en 49, 50 minutos, pero ya era un verdadero avance, así fue como inicié”.
Al cabo de varias participaciones en carreras del tipo, Gutiérrez Méndez decidió dar un paso más adelante en su afán de mejorar tiempos, razón por la que comenzó a entrenar ya bajo la guía de un instructor capacitado, que al ver su potencial, lo impulsó a un nuevo cambio que lo llevó de ser participante a un protagonista.
“Empecé a tomar en serio esto, después de un año, más o menos de hacer carreras de forma amateur, empecé verdaderamente a tener un entrenamiento, mi primera entrenadora fue la cubana, Bárbara Ortiz, su hijo es medalla de oro en Sídney, yo recuerdo que la primera vez le dije yo quiero ganar una carrera un día, los cubanos no se toman nada en broma, se lo tomó bastante en serio, me empezó a entrenar como loco, de verdad fue algo bastante bueno porque me hizo sacar todo de lo que era capaz”.
Su primera prueba de fuego, fue un medio maratón en la ciudad de Veracruz, donde si bien su marca no fue algo para presumir, al cabo de un año pudo constatar los avances obtenidos mediante el trabajo constante, cuestión que a él llevó a conformar un grupo de corredores en colaboración con uno de sus mejores amigos dentro del deporte y es justo cuando surgen los “Ángeles del Asfalto”.
“Hubo un medio maratón que mi empresa nos llevó a Veracruz, ahí terminé en 2 horas con 18 mi- nutos, sin tanto entrenamiento, al siguiente año regresé a la misma competencia y hago 1 hora 28, en un año hubo un gran avance, yo ya tenía varios amigos, acabando esa prueba, nos fuimos a desayunar y ahí fue donde surgió, con un amigo, José Ángel Flores, con él platicamos la posibilidad de hacer un equipo con los amigos, me pareció buena idea y así fue donde iniciamos”.
“Ángeles del Asfalto”, proyecto de vida
Con el respaldo de José Ángel Flores, experimentado maratonista, Juan Gutiérrez comenzó a vivir una nueva etapa, pues no sólo se desempeñaba como corredor de alto rendimiento, sino también
Fue a través de una convocatoria laboral que Juan inició su andar como deportista Dicho momento fue clave para marcar un antes y un después en su historia, reconoce
comenzó a compartir sus vivencias con aquellos que al igual que él se iniciaban dentro del mundo de las carreras pedestres.
“Empezamos a platicar, él ya tenía experiencia de ser maratonista, ya había corrido varios, yo todavía no, pero yo tenía muy buenos tiempos, así hicimos esa fusión de experiencia con velocidad, hicimos una muy buena mancuerna, comenzamos a establecer días de entrenamiento y el grupo surge como tal un 2 de febrero del 2015, así comenzamos con el grupo, que coincidió con la reapertura del Parque Ecológico, así invitamos a varios amigos y así fue como surge este proyecto”.
Sin embargo los beneficios con la creación del grupo no sólo fueron para los nuevos agremiados, sino para el propio Juan, que mediante el trabajo constante dio el siguiente paso en su carrera, correr su primer maratón, lo que fue consecuencia, admite, de lo hecho con los Ángeles y del apoyo de todos los que conforman el equipo.
“Durante los tres años que tiene el equipo, han salido muchas cosas bonitas, por ejemplo yo corrí mi primer maratón, de hecho ya voy por el cuarto, el grupo creció de una manera impresionante. Yo no era entrenador certificado, entonces decidí obtener la certificación por medio del SICED, gracias a Dios ya tenemos la certificación en nivel dos con el aval de SEP y Conade”.
Para Gutiérrez Méndez el enfrentar su primera prueba de maratón no fue en nada sencilla, no tanto por la demanda física, sino por los antecedentes que en su propia familia existían, tras recordar que su padre y hermano en alguna ocasión lo intentaron y fracasaron, por lo que su temor a repetir la historia fue uno de sus mayores retos en la contienda.
“No lo tenía en mente, yo le tenía pavor a la distancia, pensaba que no lo terminaría, los fantasmas son grandes, el ver que mi padre y mi hermano no terminaron cuando llevaban vidas más saludables que yo, pero la clave fue la preparación. Mi primer maratón fue en la Ciudad de México, en ese momento ya teníamos al equipo, hicimos la preparación para el maratón, con muchas ganas, entusiasmo, eché mano de gente de experiencia como Tomás Luna, Uziel Sarmiento, que me ayudaron a estructurar un plan de entrenamiento que fue acorde a lo que necesitaba, fue algo muy bonito porque confiaron en mí, creían en mí”.
Ya en pleno recorrido, Juan recuerda que vivió momentos de suma tensión, donde pensó en tirar la toalla, no obstante su deseo de cruzar la meta, de reivindicar el nombre de su familia, lo hizo echar el todo por el todo, y aún con dificultades ya en lo físico logró finalizar con éxito.
“Nos fue muy bien, ese primer maratón lo terminé en 3:29 horas, a partir del kilómetro 35 yo pensé que ya no llegaba, me empezaron a dar unos calambres impresionantes en los gemelos que jamás me habían dado, fue algo bastante complicado, pero la preparación la habíamos hecho en La Malinche, así que no dudé en hacerlo, no quise renunciar, corrí los últimos siete kilómetros con calambres, llegamos bien, pero con un grato sabor de boca, fue una prueba bastante intensa”.
Nuevos retos por delante
Tras lo hecho en la capital del país, nuevos retos comenzaron a gestarse, ya que su deseo no era tan solo salir y correr, sino también competir, lograr marcas que le permitieran escalar peldaños y cumplir sueños, lo que sin duda no ha sido nada sencillo, pero sí sumamente gratificante.
“Ya van dos en Ciudad de México, uno en Puebla y otro en Torreón, después de mi debut, que no lo olvido porque me llenó bastante, el segundo fue en Torreón porque tenía la ilusión de correr con grandes maratonistas de nivel mundial, desgraciadamente hubo un cambio en la organización y ya no pudieron inscribirse esos atletas elite, nos tocó un poco menos de competencia, pero fue bueno, hice 3:12 horas, me quedé a dos minutos de conseguir la clasificación a Boston, pero con un gran sabor de boca. En mi tercer maratón me marcó bastante porque fui guía de una persona invidente, de China, Gina que es parte del equipo, fue algo muy hermoso, enriquecedor, ella quedó en cuarto lugar de su categoría. El último que corrí fue el de Puebla, fue el maratón de la revancha de la familia porque mi papá y mi hermano no terminaron, es una ruta muy pesada, la más pesada, pero corrí en casa, con mi gente, tuvo un sabor muy bueno, lo disfrute mucho”.
Luego de comprobar su potencial en el rubro, Juan tomó una decisión de gran relevancia a nivel laboral, ya que decidió abandonar su empleo de oficina para dedicarse al cien a lo que él llama su nueva profesión, razón por la que comenzó su preparación también en las aulas, para poder validar sus conocimientos en las competencias.
“Yo trabajaba en una empresa de telecomunicaciones, al cabo de un año en el deporte, sentía que había algo para mí y renuncié a mi empleo, me dediqué de lleno a las carreras, primero a prepararme, luego a conformar el equipo, fue algo bonito porque dicen que cuando tú te defines por algo, todos te ayudan, el universo conspira para que lo logres, de verdad que así ha sido, se me han acercado marcas para patrocinios, pero eso es a través del trabajo que ha hecho el equipo, todos damos nuestro máximo esfuerzo”.
Consciente de que en algún momento deberá alejarse poco a poco de lo que tanto le apasiona una vez que el cuerpo así se lo demande, Gutiérrez Méndez sabe que su camino como mentor es aún largo y para ello continuará preparándose, ya que su más grande ilusión es hacer de su equipo un semillero de jóvenes talentos, a fin de llegar lejos en pruebas de alta demanda a nivel internacional.
“Nosotros tenemos una visión a largo plazo, que es ser semillero de atletas, queremos pensar en grande, siempre lo hemos hecho de esa forma, queremos ser semillero para Juegos Olímpicos, estamos haciendo todo lo posible para que el equipo pueda tener, por medio de todos los patrocinadores, un apoyo para las nuevas generaciones, nuestro equipo es muy familiar, esa es la visión, ser buscadores de talentos, buscar a esas personas que tienen las condiciones, que sólo les falta apoyo, porque un atleta de nivel elite requiere de entrenador, de psicólogo, de nutriólogo, eso es lo que queremos para poder ofrecerlo”.
Mientras su proyecto continúa tomando forma, no quita el dedo del renglón y hoy en día trabaja de manera más intensa para cumplirse el sueño de correr el Maratón Internacional de Boston, de ahí que necesita obtener la marca mínima, la que buscará en la próxima edición del Maratón de la Ciudad de México, donde sabe, podrá cumplir su reto, en el mismo sitio donde todo cobró fuerza en torno a una ilusión.
“Nos faltan algunos días, sí, yo me veo cruzando la meta, llegando al estadio de CU, con la calificación en la bolsa para el próximo año estar en Boston, ser parte de toda la comunidad mexicana que va a poner en alto el nombre de México”, finalizó.