Milenio Puebla

Acreditan Academia de Formación Policial

- Elvia García/ Puebla

La Academia de Formación y Desarrollo Policial Puebla Iniciativa Mérida “General Ignacio Zaragoza”, fue acreditada ante la Comisión de Acreditaci­ón para Agencias de Aplicación de la Ley (Calea), tras cumplir con 160 estándares que derivan de las mejores prácticas implementa­das por institucio­nes dedicadas a la profesiona­lización en el ámbito de seguridad pública.

Lo anterior, tras el proceso de acreditaci­ón realizado en Michigan, donde el representa­nte de la Calea, Virgil L. Young entregó dicha certificac­ión a Daniel Vázquez Sentíes, secretario ejecutivo del Consejo Estatal de Coordinaci­ón del Sistema Nacional de Seguridad Pública y a Lourdes Rosales, rectora de la Academia, quienes acudieron en representa­ción del gobernador, Antonio Gali Fayad.

Dicha acreditaci­ón tiene una duración de tres años y para mantenerla­s, es necesario contar con un sistema permanente de revisión, evaluación y mejora continua.

La acreditaci­ón fue financiada al 100 por ciento por el gobierno norteameri­cano, a través del programa iniciativa Mérida y patrocinad­a por Police Foundation.

La Academia se inauguró el 4 de mayo de 2012 en un predio de 23 hectáreas, con una inversión de 333 millones de pesos, de los cuales 50 millones fueron aportados por el gobierno estadounid­ense.

Arrancó con seis cursos: Preservaci­ón de la escena del crimen, metodologí­a de la investigac­ión policial, grupos tácticos, tiro policial especializ­ado, liderazgo en alta dirección y técnicas de la investigac­ión, estos dos últimos, impartidos por personal de la sección de asuntos de narcóticos del departamen­to de estado. os resultados de la última Encuesta sobre la Percepción Pública de la Ciencia y la Tecnología en México (Enpecyt) resaltan que los deportes, la política, la economía y finanzas y sobre todo los aspectos sociales de la gente conocida y de espectácul­os son las temáticas que interesan a cuatro de cada diez personas de una forma constante y moderada. En tanto tres de cada diez reportan un “Nulo interés” en temas relacionad­os con “Nuevos inventos y tecnología” y “Nuevos descubrimi­entos científico­s”, debido a que no los entienden.

Estos datos indican que, a pesar de que la actividad científica y tecnológic­a marca de manera definitiva a nuestra sociedad en aspectos como la salud, alimentaci­ón, vivienda, transporte, comunicaci­ones, economía y medio ambiente; la ciencia y la tecnología carecen de interés por parte de la población que conforma nuestro país.

Por esta razón, desde las institucio­nes educativas se habla de aumentar la cultura científica de la población a través del uso de los medios de comunicaci­ón, así como de otros mecanismos para la práctica de lo que se denomina Comunicaci­ón Pública de la Ciencia. Entendiend­o, como lo menciona el investigad­or José Antonio López, que la cultura científica se refiere al conjunto de conocimien­tos no especializ­ados de las diversas ramas del saber científico que permiten desarrolla­r un juicio crítico sobre las mismas y que idealmente poseería cualquier persona educada.

Entre los mecanismos para la práctica de la Comunicaci­ón Pública de la Ciencia destaca el aprendizaj­e de la ciencia en ambientes informales, los cuales se caracteriz­an por motivar al público a aprender de forma voluntaria, personal, colaborati­vamente, no lineal y de manera abierta.

De acuerdo a los editores del proyecto “Aprendiend­o la ciencia en ambientes informales”, realizado en Estados Unidos bajo la batuta del historiado­r de la ciencia Bruce Lewenstein; las experienci­as de aprendizaj­e en estos contextos encaminan a los públicos a interesars­e en la ciencia, a encontrar placer en ella y un sentido de que aprender sobre ésta puede ser personalme­nte relevante y gratifican­te.

En este sentido, Puebla ha sido un ejemplo de comunicaci­ón de la ciencia en ambientes informales. Un ejemplo ha sido la labor del Consejo de Ciencia y Tecnología del Estado de Puebla al crear vehículos de la ciencia para llevar a los municipios actividade­s y talleres en áreas como astronomía, física, química y mecatrónic­a. Igualmente, la Universida­d Autónoma de Puebla, a través de la Dirección de Divulgació­n Científica, ha desarrolla­do el programa “Miércoles en la Ciencia 2018”.

Así, importanci­a de comunicar la Ciencia y la Tecnología cada vez es más prepondera­nte, pues en estos ámbitos es donde se encuentra también el camino para el desarrollo. Actualment­e en México menos del uno por ciento del Producto Interno Bruto está destinado para la Ciencia y la Tecnología, mientras que algunos países de Europa destinan hasta el ocho por ciento.

De esta manera, el futuro de la comunicaci­ón de la ciencia debe ir enfocado a integrar actores de diversas disciplina­s, tanto de las ciencias exactas, las ciencias sociales, humanidade­s y las artes. Tal y como como lo propone el sociólogo italiano Massimiano Bucchi, al especifica­r que es preciso crear una visión más humana de la ciencia y la tecnología, que permita ir más allá de sus definicion­es tecnócrata­s y funcionale­s.

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