Milenio Puebla

Comienza descenso de senderista­s atrapados

- Agencias/ Yakarta

Grupos de senderista­s, de los más de 680 que se cree quedaron bloqueados en el monte Rinjani, en la isla indonesia de Lombok tras el mortífero sismo de la víspera, empezaron ayer el descenso de la montaña. El terremoto de magnitud 6.4 del domingo por la mañana y sus múltiples réplicas provocaron el desprendim­iento de toneladas de piedras y fango, bloqueando a los turistas en los caminos del monte Rinjani, el segundo mayor volcán de Indonesia y un destino muy apreciado por los aficionado­s al senderismo locales y extranjero­s.

La Agencia Nacional de Gestión de Desastres del archipiéla­go contabiliz­ó, según los registros de acceso a la montaña, unas 689 personas atrapadas desde la noche del domingo, muchos de ellos turistas franceses, alemanes, holandeses, estadunide­nses y tailandese­s.

El descenso fue posible después de que los guías encontraro­n un camino alternativ­o que no se vio afectado por los deslizamie­ntos de tierra, precisó una vocera de la agencia de emergencia de la provincia de las islas menores de Sonda, quien añadió que la evacuación finalizarí­a probableme­nte hoy. Además, los equipos de rescate también han empleado dos helicópter­os para ayudar a la evacuación de los atrapados y suministra­rles víveres.

El sismo dejó al menos 16 muertos y más de 160 heridos. Destruyó cientos de casas y provocó escenas de pánico, cuando los residentes y los turistas alojados en los hoteles buscaron la salida.

De acuerdo con cifras oficiales, cinco mil 141 personas están alojadas en albergues provisio- nales y necesitan agua potable y alimentos, según destacó un vocero oficial al canal de televisión Metro TV.

A su turno, el presidente indonesio, Joko Widodo, visitó ayer a los evacuados y emitió una directiva para asistir con recursos humanos y económicos a las zonas afectadas.

Indonesia, un archipiéla­go de 17 mil islas e islotes, está ubicado en el llamado Cinturón de Fuego del Pacífico, una zona de fuerte actividad sísmica.

Aunque el país registra numerosos sismos, la mayoría no son peligrosos.

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