Reelección necesaria
Bueno. Aunque en la serie nadie votó por ella, sí se requirió de un conjunto de maniobras admirables para que Claire (huyan, viene spoiler si ni están al día) estuviera en la posición perfecta para apoderarse de la presidencia de Frank Underwood.
Gracias al lanzamiento de varias nuevas series, incluyendo La casa de las flores de Manolo Caro, con Verónica Castro, desde México se mandó, al menos para Latinoamérica, el boletín que el 2 de noviembre se lanzará la última temporada de House
of Cards. Con su ex protagonista y actor, ambos caídos en sus particulares desgracias, es hora de dejen brillar más al brutal personaje que interpreta Robin Wright.
Así que ahí estábamos, con los de Netflix cuando nos llegó la información y no pudimos evitarlo. Preguntamos: “¿Por qué tiene ahora que ser la última temporada?”. “Es un nuevo régimen, Claire se podría quedar al menos cuatro años más”. Y si le seguimos rascando podríamos argumentar que igual ya desvariaron lo suficiente sin querer y por las circunstancias del libro de Michael Dobbs del que deriva la serie. Imaginación no les faltará. Público menos. ¿Entonces? ¿Otra vuelta no?
Sí, ya sé que estaba anunciado así el fin. No hubo una respuesta oficial pero por ahí alguien sí soltó que la materia se había discutido pero por una serie de obstáculos ya no se pudo seguir adelante con ello. Que Robin tiene compromisos. Que ya dio lo que tenía que dar.
Yo digo que no a lo último y es por una simple razón: siento nostalgia por los tiempos en los que la política se hacía de manera estratégica y brillante. Lo perverso está tanto en la ficción como en la realidad, pero en el sofisticado mundo de House of Cards hay por lo menos la pretensión de no ser descarados cuando van por todo el hueso. Aprendíamos.
No que ahora, a nivel generalizado, las cosas son tan abiertamente cínicas que los escritores se quedarían sin chamba si trataran de hacer pasar lo que acontece como realidad. Extraño la ficción. El resultado es igual de espantoso: todo en manos de muy pocos. Pero la realidad no pretende ni asemejarse a un guion bien escrito. ¡Que alguien me explique! ¿Cómo le hacemos para que la gente que se ve en la necesidad de explicar que su chiste era “sarcasmo”, ya le salió mal el chiste?