SIEMPRE LE DIGO A TODO MUNDO, VIVO DE “LA PATADA”: CONTRERAS
Desde el momento en que vio la luz el 28 de agosto de 1978 en Tepepan, Ciudad de México, la existencia de Javier Contreras Fuentes ha estado ligada a un balón, mismo que como todo niño, persiguió por diversión en sus primeros años, lo que en él despertó una gran pasión por el futbol soccer
Defender sus metas, luchar y perseguir sus sueños, siempre ha sido el motor principal para el entrenador de porteros y director técnico, Javier Contreras, que como guardavallas supo defender a cabalidad las insignias que con orgullo portó, al igual que como mentor lo ha sabido hacer y que con la misma filosofía lo ha logrado en el renglón personal donde se desempeña como empresario.
Así ha sido la vida para Javier Contreras Fuentes, que prácticamente desde el momento en que vio la luz el 28 de agosto de 1978 en Tepepan, Ciudad de México, su existencia ha estado ligada a un balón, mismo que como todo niño, persiguió por diversión en sus primeros años, lo que en él despertó una gran pasión por el futbol soccer.
“El balón es algo esencial para mí, siempre le digo a todo mundo que yo vivo de ‘la patada’, porque realmente el balón es quien me da de comer, como futbol, vivo futbol y vivo para el futbol. Empecé en el llano, en el equipo de la colonia, del pueblo de Tepepan, cerca de La Noria, comencé en el equipo del Dínamo, ahí, un señor al que le gustaba mucho el futbol hizo una selección de toda la Liga, a los mejores jugadores los invitaba a participar en un torneo que era en el Centro de Capacitación, donde antes entrenaba la Selección Mexicana, por el estadio Azteca, nos llevó a probar y a buscar una beca deportiva”.
Como resultado de dichas visorias, Javier recibió su primera gran oportunidad, luego de que tres de los clubes más importantes de la capital del país, los Pumas de la UNAM, las Águilas del América y la Máquina del Cruz Azul, pusieron sus ojos sobre él, donde gracias a su afición celeste, se decantó por los Cementeros.
“Tuve la fortuna de que me tomaran
Con tan sólo 16 años de edad, Contreras comenzó su peregrinar en el futbol profesional
Fue en las categorías de ascenso donde logró prácticamente todos sus éxitos
en cuenta para un equipo del Centro de Capacitación, obviamente becado, ahí empecé a practicar futbol en forma, en una escuela, ahí participé en el Torneo de los Barrios y ahí fue que tres instituciones se fijaron en mí, América, Pumas y Cruz Azul, en ese tiempo, por mi papá, yo le iba al América, no por convicción, sí fue una manera de poder estar ahí en esa institución, pero al final me decidí por Cruz Azul que es una institución a la que sí le voy, le tengo mucho cariño, fue la decisión que tomé, además porque me quedaba muy cerca, prácticamente caminando me iba a los entrenamientos, ahí me incorporé a las Fuerzas Básicas del Cruz Azul con el profesor Gerardo Lugo”.
Con tan sólo 16 años de edad, Contreras comenzó su peregrinar en el futbol profesional en su afán de llegar a la Primera Nacional, sueño que en un comienzo parecía que habría de alcanzar en el corto plazo, sin embargo fue en las categorías de ascenso donde logró prácticamente todos sus éxitos.
“Pasé por Básicas, mi carrera fue larga porque empecé muy joven, llegué ahí y prácticamente al siguiente año me convocaron a las reservas profesionales, después fui a la Tercera, Segunda División con Cruz Azul México y Lagunas, después emigré a Cruz Azul Hidalgo en Primera ‘A’, posteriormente vine a jugar con Ángeles de Puebla, me fui a Venados de Yucatán, pero como mi carta pertenecía al Cruz Azul me llevaron a Oaxaca y tras ese año volví a Puebla con la Universidad Cuauhtémoc para concluir con Venados que fue donde me retiré a los 27 años”.
La decisión de colgar los guantes no fue nada sencilla, pero sí muy meditada, pues al tener grandes figuras del arco en Cruz Azul, Javier supo que la probabilidad de pisar el máximo circuito sería muy limitada, cuestión de la que nunca se ha arrepentido, pues fue así que logró emprender una nueva etapa.
“Yo te puedo decir que entrené con primer equipo de Cruz Azul, no tuve la oportunidad de debutar en Primera División porque realmente tenía a unos monstruos enfrente de mí, tuve al ‘Conejo’ Pérez, que duró muchos años ahí, era inamovible, entrené con Norberto Scoponi, con Alberto Pérez que es un amigo con el que hasta ahora guardo una gran amistad, las circunstancias no se dieron, sí puedo decir que tenían mucha más capacidad que yo, a veces puedes poner muchos pretextos, pero fue porque los que estaban delante de mí tenían mayores condiciones que yo, pero en Liga de Ascenso tuve un buen desempeño y no me arrepiento”.
El inicio de una nueva profesión
Aun cuando su decisión ya estaba tomada, las ofertas continuaron lloviéndole para seguir en activo, sin embargo su determinación fue tal que Contreras Fuentes prefirió concluir con su carrera en Administración, a fin de emprender también sus estudios en la profesión de director técnico.
“Varios equipos de Primera ‘A’ me buscaron, estaba muy bien físicamente pero tomé la decisión, sabía que tarde o temprano se iba a terminar, es cuando me decido a prepararme ya en la cuestión académica y del futbol, sabía que quería seguir en el futbol, pero que debía prepararme, no me arrepiento porque gracias a Dios y gracias a esa decisión tengo dos carreras, soy Administrador de Empresas y Director Técnico, tengo diplomados
en entrenamiento de porteros y el máster en entrenamiento de arqueros, me dio la oportunidad de seguirme preparando y dejar muy buenas amistades que sé que en algún momento me llamarán para algún proyecto”.
El entrar de lleno a la escuela, misma que nunca abandonó, no fue la parte más complicada en su nueva etapa de vida, sino emprender camino como estratega, pues reconoce que no fue sencillo el entender la perspectiva del otro lado de la cancha, situación que le representó un auténtico reto, del que supo salir victorioso.
“Mientras estuve jugando profesional nunca dejé de estudiar, la carrera siempre la llevé, sólo dejé un año de estudiar por los cambios de estado, pero siempre tuve la fortuna de seguir estudiando, cuando decidí retirarme ahí fue cuando terminé al 100 por ciento la carrera, fueron dos semestres, por eso no se me hizo tan difícil, la que sí puedo decir que se me hizo un poco más difícil fue la de director técnico, no es lo mismo estar dentro del campo pateando balones, que estar de lado de la línea de banda para fuera y ver distinto el futbol, eso me costó un poco más de trabajo y sobre todo porque yo sabía que me quería dedicar a eso y por ello le metí más empeño”.
Durante su paso como jugador profesional, Javier hizo varias amistades que a la postre le redituaron, tal es el caso del ex jugador del Puebla, Gerardo González, quien a él lo invitó a formar parte de su cuerpo de trabajo en las divisiones menores de Lobos BUAP, donde comenzó una nueva etapa.
“Decidí venir a Puebla, aquí tenía muchos amigos, uno de ellos ‘Búfalo’ Poblete, Gerardo González, con el que tuve la oportunidad de compartir la cancha, Gera fue el primero que me dio la oportunidad, él dirigía a la Segunda División de Lobos, cuando supo que estaba retirado, que vivía en Puebla, me invitó a trabajar con él, ahí nos fue muy bien, hasta que nos dejaron de interinos del primer equipo en Liga de Ascenso, también ahí gracias al ‘Capi’ Roberto Ruiz Esparza, que era directivo, le gustó mi trabajo y me dejó ahí de planta, fue así que me quedé en el primer equipo de Lobos”.
Con la piel de los licántropos vivió ocho años de diversas experiencias, entre ellas dos finales y un ascenso, donde de la mano con Rafael Puente consiguió uno de sus más grandes sueños, que si bien no alcanzó como jugador, lo hizo como entrenador, es decir, su ingreso a Primera División.
“Pude estar en la institución durante ocho años ininterrumpidos, viví el ascenso con mi amigo Rafa Puente, desafortunadamente en Primera no nos fue muy bien y tuvimos el descenso, pero así lo vivimos con Lobos. Pasaron tantos técnicos en esos ocho años, todos y de cada uno de ellos aprendí algo, tengo la fortuna que después de que ellos se iban, me invitaban, pero por el cariño y por la confianza que siempre me dio la directiva es que seguía con la institución, es un club al que quiero mucho, ahora con la nueva directiva tuve que salir, pero sé que en algún momento no muy lejano voy a regresar a esa institución que tanto quiero”.
Nuevos retos, grandes proyectos
Dentro de las experiencias que a él más marcaron durante su última etapa con los universitarios, fue sin duda alguna el paso de Rafael Puente del Río como técnico, pues de él no sólo conserva una férrea amistad, sino también muchos de los conceptos que mostró en su debut como timonel.
“Lobos ha tenido muchas altas y muchas bajas, pero en ocasiones la directiva le apostaba con dinero, traían excelentes jugadores, pero eso no garantizó el éxito, con Rafa teníamos un equipo, si no limitado, un equipo donde prácticamente todos aspiraban a media tabla, había nóminas muy fuertes por delante de nosotros, Rafa llegó a darle ese toque de que el jugador creyera en lo que él quería, los jugadores creyeron en él al máxi- mo, se la creyeron, lo que tiene es que potencializa el mayor futbol de todos los jugadores, todo se congenió y logramos el ascenso”.
Tras perder la categoría con La Manada su estadía en el cubil llegó a un feliz término, más no así sus deseos de trascender, de continuar su viaje en el mundo del futbol, de ahí que gracias a la invitación de la Universidad del Valle de México Campus Puebla, arrancó como técnico en jefe de los equipos representativos de los Linces.
“Hay que seguir trabajando, no se acaba nada, sé que en algún momento vamos a regresar al futbol profesional, pero el futbol universitario es de muy buen nivel, donde se encuentra de todo, chicos que a los que sólo les gusta el futbol, algunos que realmente han jugado profesional y que buscan una beca deportiva para pagarse sus estudios, yo me pagué la escuela gracias al futbol, yo no tenía la capacidad económica como para pagarme la escuela, pero gracias al futbol pude pagarme la universidad”.
Sin embargo, su vida cotidiana no se limita a entrenar universitarios, ya que en su faceta de empresario, Contreras inauguró dos escuelas para niños y jóvenes, una en el vecino estado de Tlaxcala, modelo que recientemente replicó en la zona sur de la capital poblana, al interior del Fraccionamiento los Héroes, donde su intención es devolver un poco de lo que a él le ha dado el deporte en la vida.
“Iniciamos un Curso de Verano, gracias a Dios tuve mucha demanda, tuve bastante niños en Héroes, el compromiso que yo hice al poner esa cancha, que es dentro del Fraccionamiento de Héroes, que es muy grande, uno de los compromisos que yo hice con el municipio, como con los administradores del fraccionamiento fue que yo tenía que fomentar el deporte, afortunadamente lo estoy consiguiendo, cumpliendo lo que prometí, ahora estamos trabajando con los jóvenes, a la par con la Universidad del Valle de México que siempre me ha abierto las puertas y siempre he estado aquí compartiendo enseñanzas”.
Con muchos sueños por delante, Javier Contreras Fuentes no sólo desea volver al futbol profesional, sino aspira a lo más alto, a algún día convertirse en integrante del cuerpo técnico de la Selección Nacional Mexicana, donde su principal apuesta está en su gran amigo, Rafael Puente del Río.
“Siempre veo muy alto, no tengo techo, yo con algunos técnicos platicábamos mucho y soñábamos mucho, uno de ellos es Rafa (Puente), que al igual que yo sonábamos con la Selección, yo sé que a Rafa le va a ir muy bien, que en algún momento lo van a tomar en cuenta para ser seleccionador mexicano, ojalá en algún momento él me vuelva a tomar en cuenta para esa posibilidad, mientras pongo los pies sobre la tierra, estoy con los proyectos que tengo, esperando alguna oportunidad, que en cualquier momento se puede dar”, finalizó.