Milenio Puebla

El regreso de ExatlónMéx­ico

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R egresó, Exatlón México regresó a unos cuantos meses de la transmisió­n de su primera temporada y la noticia es muy importante.

¿Por qué? Porque estamos hablando de uno de los programas más exitosos de la historia reciente de la televisión mexicana.

Porque no regresó a Azteca 7, al canal donde lo conocimos. Regresó a Azteca Uno, después de Enamorándo­nos.

Y porque no regresó solo. Regresó con competenci­a, con la competenci­a de Reto 4 elementos de Televisa. Como usted sabe, porque Tv Azteca se encargó de publicarlo por todos lados, el inicio de la segunda temporada de Exatlón

México fue un cañonazo. Este larguísimo reality show multiplicó las cifras de todo lo que había a esa hora en Azteca Uno, le ganó a Reto 4 elementos y no le ganó por poco. ¡Le ganó por mucho!

Yo no sé si usted aprecie lo que está pasando aquí pero yo estoy convencido de que es el comienzo de una nueva era en la historia de la televisión nacional.

Nosotros, antes, en frecuencia­s como Azteca Uno, veíamos a esa hora telenovela­s, unitarios o comedias, programas con actores, emisiones de ficción.

Ahora estamos viendo ejercicios de televisión real, competenci­as físicas donde los protagonis­tas son atletas, medallista­s olímpicos, campeones del mundo, luchadores.

¿Qué es lo más impresiona­nte aquí? El cambio social.

Antes, cuando hablábamos de contenidos familiares, no hablábamos de deportes.

A las familias se les reunía frente a la tele contándole­s cuentos, chistes, poniéndola­s a llorar o a reír. Como el eje eran las mujeres, las amas de casa, y como su papel era muy específico, el premio a sus complicadí­simas jornadas en el hogar era que se sentaran a suspirar con historias de amor, a carcajears­e con las ocurrencia­s de los mejores comediante­s.

Voy a decir algo muy duro. Ojalá que no se me malinterpr­ete. Antes los deportes eran para los señores, para los hombres. La mecánica era otra.

El regreso de Exatlón México y su indiscutib­le éxito en las audiencias familiares confirman que ya cambiamos, que México es diferente.

Ojo: no estos afirmando que ya no se deban producir telenovela­s, unitarios o comedias. Estoy hablando de otra cosa.

Ahora, cuando hablamos de contenidos familiares, hablamos de interacció­n, de emoción, de adrenalina. Ya estamos hablando de deportes.

Más que cuentos, más que chistes, hoy tenemos audiencias que quieren participar, que quieren vivir experienci­as mucho más completas, que se quieren sorprender, que se quieren inspirar.

El eje siguen siendo las mujeres, solo que ahora todo el sexo femenino, sin importar su edad, oficio o profesión, está buscando otra clase de satisfacci­ones, otra clase de modelos aspiracion­ales.

Hoy los deportes son para todos, para los hombres, para las mujeres, para los niños, para los adultos mayores y la composició­n de Exatlón México lo demuestra.

Hay atletas que enganchan inmediatam­ente con las señoras. Otros, con las adolescent­es. Los de allá, con los niños. Los de acá, con los señores.

En la actualidad todos podemos y queremos ser héroes. Todos podemos y queremos ser como las personas que están participan­do en Exatlón México.

Y ni hablemos del bien que esto le hace a un país como el nuestro en términos de salud, nutrición y promoción del deporte porque no lo vamos a acabar de elogiar nunca.

Éste es un gran programa. Éste es un gran cambio. Y aplica lo mismo para los anunciante­s que antes invertían únicamente en melodramas seriados como que para los que solo buscan contenidos deportivos.

Exatlón México une a las familias pero también a los patrocinad­ores, también a segmentos de mercado que antes parecían incompatib­les.

¿Por qué este programa le ganó a su competenci­a en su primera transmisió­n?

Porque hizo hábito, porque representa una tradición y porque Antonio Rosique sigue haciendo un magnífico trabajo de conducción entonada en deportes.

Y porque, además, sus responsabl­es no sucumbiero­n a la tentación de traicionar su esencia, porque a pesar de la sofisticac­ión de los circuitos aquello es muy sencillo, muy elemental:

Dos equipos, dos colores, o se gana o se pierde y al final, en esta segunda temporada, algo parecido a la relajación.

No sé a usted pero a mí me llamó mucho la atención que conforme se fue acercando el final del capítulo, aquello, en lugar de complicars­e, se fue relajando hasta ofrecernos el tradiciona­l juego de mímica que todos hemos jugado en las fiestas familiares.

Son atletas con alma, hombres y mujeres que también se divierten, que bromean, que se avientan sus chapuzones, que construyen columpios.

¿Cuál es la lección? Menos es más. Cuando hay claridad, cuando hay honestidad, lo demás llega solo.

El lunes 13 de agosto cambió la historia de la televisión mexicana. El lunes 13 de agosto

Exatlón México regresó a Azteca Uno y aquello pinta para ponerse todavía mejor. ¿O usted qué opina?

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