Recomiendan alejar a niños de celular y televisión
Rafael Santana, responsable de la Clínica de Transtorno del Sueño de la Facultad de Medicina de la UNAM, afirmó que los niños crecen en periodos vacacionales, porque duermen el tiempo que necesitan.
Aseguró que para que el regreso a clases sea amable y haya menores sanos y con buen aprovechamiento, es recomendable que tres horas antes de dormir estén alejados del celular, de la televisión, de los videojuegos y de todo lo que tenga pantalla. “Las vacaciones son un periodo especial y necesario. Todos hemos escuchado decir: ‘su hijo creció en estas vacaciones’, y es verdad porque duermen más, no se tienen que levantar temprano y entonces la hormona de crecimiento se libera”, destacó.
Indicó que aunque el descanso es fundamental, vivimos en una sociedad restringida de sueño: “los adultos dormimos cada vez menos y nuestros hijos no lo hacen las horas que requieren de acuerdo con su edad, y eso se refleja en su crecimiento y desarrollo”.
En un comunicado de la UNAM, Santana hizo un llamado a respetar el sueño de los niños: “No es malo que duerman más tiempo en vacaciones, posteriormente se adaptarán de nuevo al horario escolar. Es una manifestación de su organismo, estamos equivocados al exigirles que vayan contra su naturaleza”.
Recomendó vigilar que los niños se acuesten temprano, porque no hay medicamento o terapia que logre los efectos que tiene dormir.
Indicó que robarnos sueño es robarnos calidad de vida y salud, “no dormir es la base de trastornos metabólicos, cardiovasculares, de bajo rendimiento y falta de crecimiento; incluso, incide a la postre en el abuso de sustancias. Es un fenómeno que requiere atención y necesita políticas públicas de salud, educación y laborales”.
Indicó que “se debe hablar de
Señaló que la obesidad infantil tiene que ver directamente con falta de descanso nocturno
nuevo de jornadas de trabajo de ocho horas para tener tiempo de atender a la familia, tener horas de esparcimiento y hacer ejercicio”.
Señaló que tener el primer lugar global en obesidad infantil tiene que ver directamente con falta de sueño: cuando se duerme poco y mal se activa el área del apetito en el cerebro, con predilección por los carbohidratos.