Tenemos que hablar de Asia…
Una puede ser víctima y victimaria. Puede ser la personificación de la hipocresía. De hecho, hasta ahora, yo no sé de nadie que pueda “tirar la primera piedra” en la mayoría de los escándalos que llenan nuestras páginas día con día, pero debo admitir que es un duro golpe la revelación, dada a conocer por el mismo New York Times, sobre la actriz italiana Asia Argento, una de las principales fundadoras del movimiento #MeToo.
No es un duro golpe porque haga más inocente a Harvey Weinstein. Lo es porque le da herramientas al enemigo de toda mujer que simplemente quiere trabajar o vivir en paz sin ser acosada sexualmente o incluso violada. Lo es porque una cosa no descarta la otra, pero pareciera que sí.
La ley es la ley. La también viuda de Anthony Bourdain definitivamente es un personaje fallido. Esta comprobado que pagó 380 mil dólares para no ser demandada por un joven de 17 años con quien tuvo relaciones sexuales, cuando la edad de consentimiento es de 18.
Hay que poner límites. Sin la menor duda. Y con esto en mente hay varios que en este momento me encantaría meter a la cárcel. Como a esos dos tipos para quienes siempre seré la vieja loca que les gritó en el Starbucks, porque no se callaban sobre lo deliciosas que estaban las de 15 (ellos no tenían menos de 30). Y viceversa es igual. La idea es poner límites parejos para que nadie abuse de su poder en temas tan delicados.
¿Quién no tiene cola que le pise? Bueno, en términos de abuso sexual y de poder estoy segura que muchísima gente. Es una pena que una causa tan necesaria y poderosa se vea empañada por más de lo mismo. Es un asco ver la sonrisa del abogado de Harvery Weinstein. Y es más importante que nunca, que allá y acá sigamos levantando la voz, no importa los baches en el camino. No hay verdaderos cambios sociales sin ellos.
¿En serio?
¿Netflix hará un reality show sobre socialites mexicanos? ¿En estos tiempos de austeridad? ¿Funcionará? ¿El mundo creerá que somos una mezcla entre pamboleros, ricos locos de Las Lomas y… gente nice haciendo quién sabe qué?
¡Que alguien me explique!
¿Qué clase de enojo deben tener algunas personas atorado como para gritarle a Galilea Montijo en un mercado de la colonia Olivar del Conde en CdMX? ¿Y cuántos periodistas frustrados tenemos por ahí siempre listos para viralizar el video del evento digno del premio Pulitzer de supermercado?