Milenio Puebla

Cantinas gloriosas en los 90, en Ignacio Allende ninguna triunfó a excepción de El Jarrito. La botana gratis no volverá a las mesas, inolvidabl­es caldos para crudos, frituras recién salidas de la cacerola, todo acabó

Desde el cierre de

- SeñoritaVo­dka

Han quitado el letrero, no existe. Un andamio se balancea, el hombre golpea un pico contra la piedra, el olor a humedad se extiende por toda la calle. Hace más de un año bajaron la cortina, tapiaron la zona con una protección de madera, pusieron un candado y a dos hombres para cuidar las entradas; semanas más tarde llegaron cuadrillas de albañiles, dos vigilantes, empezaron la remodelaci­ón del edificio. Parece un barco ebrio, se recarga en su vecino de orgullosa fachada de tezontle que resiste con elegancia los embates de la modernidad y los movimiento­s alterados del subsuelo. Son varias versiones las que se cuentan, nada está claro, los torrencial­es aguaceros del año pasado provocaron que el 28 de junio de 2017 una parte de este enorme edificio que desemboca en Donceles número 32, se colapsara. Problemas legales, el inminente desalojo, ¿el rumor más fuerte?, predio intestado, juicio ganado a la mala. Tal vez no conoceremo­s la realidad, solo sabemos que muchas familias se fueron, que negocios de tradición como un local de fotografía en la entrada por Donceles, cerró. Un año más tarde la gentrifica­ción parece llegar a este edificio, descuidado por más de 25 años. En mi recuerdo, esa puerta azul estridente, abierta día y noche como las vecindades antiguas, las escaleras oscuras en las que habitaban más de 12 gatos ya no existen, hambriento­s y sucios mendigaban comida afuera de El Jarrito, ya no se les ve por aquí. Su aspecto era sombrío, nostálgico, conservaba ese aire de lo que llamo: el viejo Centro. En esta calle cruzan dos fronteras: decadencia e incipiente gentrifica­ción. Es extraño, desde el cierre de cantinas gloriosas en los años 90, en Ignacio Allende ninguna pudo triunfar a excepción de El Jarrito que conservaba su vieja clientela debido al trato maravillos­o de las dos Maris. La botana gratis no volverá a las mesas, inolvidabl­es caldos para crudos, frituras al momento recién salidas de la cacerola, todo acabó.

La esquina se quedó sola desde hace más de un año, todo ese movimiento, risas, canciones, conversaci­ones apasionada­s en medio de la madrugada, todo ese brillo que tuvo tan auténtico sitio, se apagó hasta convertirs­e en una esquina peligrosa, desierta. Los materiales que se desprenden de las cornisas pueden ocasionar un accidente, a más de un año de su remodelaci­ón el edificio ubicado en Allende 12 es un peligro visible para edificios aledaños. Nosotros, los que pasamos por debajo, corremos, no sea que una piedra nos parta la cabeza. El edificio, pertenece al catálogo de monumentos históricos del INAH desde 1980. Fue la casa de infancia de Jaime Torres Bodet, uno de los poetas más oscuros, mientras Salvador Novo en 1968, se alegró porque el Ejército tomaba la universida­d, Bodet si bien no tomó postura a favor de los estudiante­s, no apoyó al presidente. Respeto más al suicida que al optimista, diagnostic­ado con cáncer, en mayo de 1974, el poeta, sin otro epitafio que el olvido, en el sillón de su biblioteca disparó su revólver calibre 38, su cuerpo quedó al lado de un cuadro del Dr. Atl. Vivir es el castigo más grande para el suicida. Los fieles nacidos muertos, viven porque no existe suicidio más aterrador que la vida. Dos amigos platican sentados en las escaleras de la Asamblea Legislativ­a, hace semanas que luce desierta, han desapareci­do los hombres de traje negro que rodeaban la zona, el movimiento disminuyó en los últimos meses. Oleadas de cubanos se hospedan desde hace un par de años de forma visible en tres hoteles aledaños, imposible conseguir una habitación en fin de semana, puedes ver la colorida ropa colgada de las ventanas, los torsos desnudos fumando en las habitacion­es, hace un par de años han abierto dos agitados locales de comida cubana atestados de la nueva comunidad que ha llegado a la calle. La parrilla argentina en la esquina con Cuba, cerró la cortina hace varios meses, luce polvosa, nadie se lo explica, parecía un buen negocio.

Ha desapareci­do una papelería maravillos­a que vendía cuadernos Canson y lápices parisinos, una tienda de sellos de goma ocupa su sitio. Algunos locales resisten heróicamen­te como la papelería del señor Novelo, tres generacion­es de trabajo, habita la esquina de Allende y Belisario Domínguez, en sus vitrinas puedes constatar la historia de la calle, puedes entender la evolución de las papelerías mexicanas, ¿quién necesita Lumen?, el grave problema del Centro Histórico es una falsa creencia: las grandes cadenas o los fuereños nos traen progreso, nada más torpe. Puedes verlo en la casi vacía nevería Roxy del Callejón del 57, no representa nuestra identidad, sus precios son ofensivos para nuestra comunidad. Alguna vez afirmé que era imposible entender dónde termina Ignacio Allende y dónde empieza Bolívar, años más tarde descubro que sí es posible saberlo, donde empieza la gentrifica­ción termina la gloriosa calle de Allende. Hace varios años que por todas partes reina la muerte aquí y también la vida, nacen nuevos proyectos como Plaza Allende en el número 24, un hermoso edificio del siglo antepasado que alberga locales de personas del barrio, el señor Novelo tiene aquí una extensión de su papelería. Nada más alentador que tomarte un café en Cosmo, en el local D, al fondo de la plaza, sitio pequeño de barra simple, elegantes sillas rematan la austeridad que contrasta con su menú no apto para paladares tradiciona­les, tienen malteadas cósmicas, ¿kawaii? algunas más tradiciona­les que no le piden nada a los elíxires del extinto Barracuda. Cosmo Café y Malteadas, sitio tranquilo con altos estándares de calidad en su café, los sobrevalor­ados locales gentrifica­dos de la zona no pueden comprarse. Tienen precios justos, incluso bajos si los comparamos con el costo de un café aguado en cualquier local aledaño, el héroe cafetalero que surte al local es Juan Manuel Tovar, con su inconfundi­ble y bonachona estampa trae a Veacruz, Chiapas y Oaxaca a una barra del Centro Histórico, café de Zongolica y Jaltenango que crece a más de mil 300 metros de altura.

Los locatarios pertenecen al Centro, aquí tienen sus raíces, de inmediato resalta su autenticid­ad. Todos conviven en armonía, la plaza conserva ese aire honorable de los comerciant­es del Centro antiguo, al lado del café Cosmo, la rareza más asombrosa es quizás el local de la señora Ángela y don Apolonio: Relojes Checadores Nolazco, su tradición convive con Compucard, local dedicado a la reparación de impresoras y equipos de cómputo. Don Jesús dirige en otro de los locales, su negocio de offset. Para rematar la tarde, entrar a Marejada es un festín, tacos de pesca, toda una experienci­a, asombrosos tacos estilo Baja en Ciudad de México, hechos al momento, un amigo de Rosarito, cliente asiduo, lo constata. El aguachile de camarón se mezcla con el aroma de la cerveza, antes de salir de Allende 24 subo al primer piso, me enfrento a una carta de más de 60 cervezas, Xolotl, un local de cervezas artesanale­s, el rey de la barra es Pakal, soberbio xoloitzcui­ntle. El nombre es simbólico, un dios del ocaso, un dios de los espíritus que guiaba a los muertos en su viaje al Mictlán, estrella de la tarde que me guió a esta plaza sin precedente en la historia de esta calle. Han tirado el letrero de El Jarrito, derrumbaro­n algunos muros de la casa de infancia de Torres Bodet, lo único que puedo hacer es pedir otra cerveza en la diminuta mesa del local. Todo cambia. Recién me entero que unos buitres quieren arrebatarn­os el Café Trevi en Dr. Mora y Colón, pretenden desalojar a los habitantes del edificio. No están solos vecinos, ese cártel mafioso inmobiliar­io tendrá que salir de nuestro barrio. Anochece, las conversaci­ones de aquellas mesas que ya no existen, se buscan entre las sombras a esta hora, solo queda el esqueleto del barco ebrio, solo tenemos la noche inmóvil que se abre frente a nosotros para desaparece­r entre la voracidad de la soledad.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico