Salud mental y redes sociales
Estas redes también han sido y están siendo usadas para causar daño
L a aparición de las redes sociales ha permitido que la distancia se acorte, que encontremos viejos amigos o conocidos, que las relaciones de “amistad” se multipliquen, además de servir como una ventana para expresar emociones y sentimientos que en otros momentos no se dijeron o pudieron decirse cara a cara. Y así, podemos encontrar mensajes interesantes o el uso de los llamados “memes” para dar cuenta de sentimientos sobre una o varias personas, sea de amor, enojo, frustración y hasta odio.
Sin embargo, estas redes también han sido y están siendo usadas para causar daño; se hicieron presentes muchos comportamientos ya conocidos como el bullying - ciber bullying- o mensajes de personas que están experimentando una situación de estrés extremo o aquellas que requieren soporte emocional (depresivos) o los que tienen tendencia excesiva a la fantasía, con consecuencias como el suicidio, el asesinato o los que se dedican a vigilar a otras personas –“stalkear”- para asaltar casas o robar identidades o cometer fraudes.
Esta actividad social en redes, dicen algunos investigadores, que suministra información interesante y reveladora sobre la salud mental del usuario. Estos mensajes en redes sociales comienzan a ser objeto de estudio de diferentes disciplinas de la salud, algunas conclusiones explican ciertas características de personalidad por el tipo de uso que dan: así se tiene que una persona con baja autoestima es la que tiende a realizar numerosas publicaciones sobre la pareja romántica para confirmar su “felicidad”; o los que buscan validación y atención pueden ser individuos neuróticos; o quienes publican de manera frecuente sobre sus actividades sociales y cotidianas tienen una personalidad extrovertida, etc. Entonces, estás redes comienzan a ser monitoreadas para identificar problemas más graves e intentar determinar quién o quienes presentan riesgos sobre daño a su integridad o la integridad de alguien más.
Lo cierto es que, la falta de directrices o reglas de uso de estas redes están permitiendo que sean usadas de forma indiscriminada; situación preocupante, socialmente hablando, ya que el individuo ha encontrado la oportunidad de expresar, comunicar su sentir y pensar, sin ser censurado, ni vigilado para, en el peor de los casos, hacer o hacerse daño; es pues que estas redes comienzan a convertirse en aparadores de oportunidades para investigaciones sobre comportamientos, formas de comunicación e interrelación con otros y el entorno.