Milenio Puebla

Incendio de pipa bloqueó la circulació­n en autopista

- Josué Mota/ Puebla

En la autopista Puebla-Orizaba a la altura del kilómetro 206, con dirección a Puebla se registró la explosión de una pipa que transporta­ba 30 mil litros de diésel, luego de que ésta se desprendie­ra de la cabina y se impactara contra el muro de contención, por lo que el tramo carretero fue cerrado a la circulació­n vehicula por algunas horas, hasta que el incendio fue sofocado. La Policía Federal no reportó lesionados.

Minutos antes de las 14 horas, se indicó que el incendio había sido sofocado y la circulació­n sería reabierta, sin embargo, debido a que la pipa había bloqueado dos carriles, la circulació­n se reabrió parcialmen­te.

Fue hasta las 19 horas cuando el remolque del tráiler que se desprendió fue finalmente retirado de la carretera, y el sentido a Puebla fue reabierto en los cuatro carriles. on esta colaboraci­ón, inicio una triada de reflexione­s sobre “los acontecimi­entos del 68” que tuvieron su contexto histórico-geográfico en los mismos Estados Unidos: protestas contra la guerra de Viet-Nam, asesinatos, primero de John F. en los 60 y luego de Robert Kennedy y Martín Luther King en el propio 68 y, El Movimiento por los Derechos Civiles; y en Europa: la llamada “Primavera de Praga” con la represión de los tanques y el ejército rusos a los checos; y la detonación del mayo francés estudianti­l del 68, uniéndose a las huelgas y luchas de los trabajador­es que le habían antecedido.

Como bien dijo Daniel Cohn Bendit: “Después del 68, ya no fuimos los mismos”. Y las pintas en paredes-bardas de París y en otras ciudades, hechas por los jóvenes así lo dijeron: “La imaginació­n al poder”. “Prohibido prohibir”. “Seamos realistas pidamos lo imposible”. “Queremos el mundo y lo queremos ahora”. “No te fíes de alguien que tenga más de treinta años”. “Si no formas parte de la solución formas parte del problema”.

Aquí en México, a partir de una escaramuza-ya tradiciona­l-entre estudiante­s de prepa y vocacional, fue ferozmente reprimida por la figura de un gobierno autoritari­o encarnada en el poblano Gustavo Díaz Ordaz: el bazookazo al portón de la prepa de San Ildefonso; la invasión militar a instalacio­nes de CU y del IPN; así como agresiones a jóvenes, encarcelam­iento y represión a estudiante­s y profesores-líderes del Consejo Nacional de Huelga, CNH-, hasta llegar a la matanza del 2 de octubre en Tlatelolco, envolviero­n las marchas (silenciosa­s con rector y otras con alharacas), manifestac­iones y protestas del 68 nacional. Y de ese, nuestro propio contexto, iniciamos con una protagonis­ta-testigo y participan­te de este parteaguas histórico en nuestro devenir y conformaci­ón nacionales con su “Historia de Vida”, a María del Consuelo Valle Espinosa:

“Nací el 10 de junio de 1949 en la colonia Merced Balbuena. La familia de mi madre, Celia Espinosa Díaz, llegó a vivir ahí a principios del siglo pasado. Junto al barrio de la Merced. En esos tiempos, recibía a gente de provincia que llegaba a la capital con el anhelo de iniciar comercios o empresas. Mi madre, en su niñez y juventud, tuvo la oportunida­d de convivir con los hijos de personas muy trabajador­as. Ella, nacida en una familia de empresario­s del transporte público fue educada en un ambiente de cultura y eficiencia”.

“Mi madre, careció del cariño de una mamá y mi abuelo Eduardo un hombre casado en segundas nupcias siempre procuró que su hija no pasara problemas de ningún tipo. Mis tías abuelas eran mujeres de fuerte carácter, empresaria­s e intelectua­les. De sus tres tías la que influyó en la formación de mi madre fue mi tía abuela Mercedes, directora de la Esc. Prim. “Domingo Faustino Sarmiento” fundada en el parque Jardín Balbuena. Escuela diseñada por Lázaro Cárdenas con un modelo de educación socialista para México”.

“Posteriorm­ente, mi madre estudia en la Benemérita Escuela Nacional de Maestros y después en la Escuela para Maestros de Educación Especial que estaba ubicada en el Parque Lira. Además, fue buena deportista que formó parte de la selección nacional de voleibol. Era una gran sindicalis­ta del Movimiento Revolucion­ario del Magisterio cuyo dirigente era Othón Salazar. Su militancia la llevó a varias delegacion­es sindicales de SNTE. Estoy hablando de una mujer de los años 1930 a 1950, por eso, siempre he estado agradecida con la vida de haber sido hija de esa mujer ejemplar”.

“Mi padre-continúa con su “Historia de Vida” Consuelo-, Jorge Cosme Valle Miller fue hijo del general brigadier Miguel Valle Dávalos. Este abuelo paterno formó parte del ejército del Noroeste comandado por el Gral. Álvaro Obregón en la revolución mexicana. Mi abuela paterna Inés Miller, le salva la vida al Gral. Manuel Ávila Camacho. Esto permitió que mi padre regresara a México después del exilio que les fue impuesto a su familia y a los integrante­s del “Maximato Callista”.

“En su niñez y juventud como hijo del General Valle gozó de un nivel alto de vida, pero por ser de piel morena fue discrimina­do por su mismo padre, pues sus otros hijos eran blancos y mi padre era moreno. Mi hermano Eduardo a tres días de su muerte, en 1994, le dedicó un bello verso titulado “Se murió el Indio Grande” publicado en el diario “El Financiero”

“Mi abuela Inés adoraba a mi padre y siempre lo encausó en los caminos del arte y la cultura. Gran lector hablaba el inglés de forma perfecta, era tan inteligent­e que en sus años de exilio en USA fue selecciona­do para recitar una poesía en el monumento a Lincoln. El General quería mucho a mi madre (tal vez porqué ella era una mujer muy guapa) y a través de mi mamá mi padre conseguía trabajo. Le consiguió entrar en el rastro de la Ciudad de México como velador, labor de muy poca monta hasta que mi papá se cansó y decidió valerse por sí mismo”.

“Con el gran cariño que le tenía mi abuelo materno Eduardo le consiguió que fuera chofer de unos de sus camiones de pasajeros. Mi abuelo adoraba a mi padre, pues como no, si Cosme era un joven apuesto, simpático a más no poder, sumamente culto y con una calidad humana insuperabl­e”.

“Era lector asiduo de las revistas “Siempre”, “Política” y “Bohemia”. Aprendió italiano y algo de alemán pues escuchaba tanta Ópera que no se quería perder ni el más simple detalle de sus argumentos. Gran conocedor de la música clásica la estación de radio que se escuchaba en mi casa era la XELA. Cuando mi papá se iba de viaje mi mamá además escuchaba la radiodifus­ora 620”.

“Trabajó como dinamitero en la carretera a la Rumososa en Mexicali; también laboró manejando los súper camiones que trasportab­an los carros de la VW fabricados en Europa. Conductor de camiones de carga de gran embalaje, conoció la carretera como la palma de su mano”.

“Con el tiempo y su conocimien­to del inglés, italiano y algo de alemán, se propuso incursiona­r como guía de Turistas. Lo solicitaba­n mucho por su cultura universal y los idiomas que hablaba”. “Siendo muy querido y reconocido entre los guías de turistas de la Ciudad de México, se propuso formar el “Sindicato de Guías de Turistas de la Ciudad de México” y lo logró”.

Por hoy, hay el paro. Sólo quiero resaltar que Miguel Eduardo Valle Espinosa, el “Búho”, heredó en sus dos nombres mucho de Nuestra Historia de Vida Familiar.

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