l concepto antropomorfismo, del griego ánthropos, ser humano, y morfé, forma, designa el error de atribuir a un animal formas y cualidades humanas. En muchas ocasiones lo que se le escapa a esa acusación es que si somos animales con emociones no es por ser humanos, sino por ser parte del reino animalia: somos animales.
Está demostrado que las emociones básicas las tenemos todos los animales con un sistema nervioso central y periférico. También tenemos en común procesos mentales como los sueños, por mencionar un dato evidente, entre otros, de modo que al decir: “Mi perro está triste”, no estoy imponiendo mi forma de tristeza a un animal, sino que, como animal que soy, tengo experiencias que son propias del reino animalia, como tristeza, miedo, celos y amor, en general las emociones, por eso puedo distinguirlas en otro animal.
Es cierto que para reconocer las emociones en un animal hay que aprender a leerlas: mostrar los dientes no siempre es señal de una carcajada, por ejemplo. Por eso es importante estudiar la conducta en su medio natural y no en un laboratorio o en cautiverio donde su comportamiento ya está alterado.
Al estudiar a los animales en su medio natural aprendemos a reconocer cómo expresan esas emociones que nosotros, insisto, como animales, demostramos. Si dice: “mi perro está triste”, es porque ha estudiado en la cotidianidad el comportamiento de ese ejemplar, por ello notar que está en dicho estado no implica atribuirle la tristeza humana al can.
Antes que ser humanos somos animales y por ello podemos tener una cierta intimidad epistemológica y emocional con otros animales, esto es: podemos conocer sus sentimientos, sin por ello estar “antropomorfizándolos”.
Reconocernos como animales que somos es clave para comprender que, cuando se nos acusa de antropomorfizar al animal, lo que hace falta es que nuestro acusador sea capaz de romper el falso dique que hemos construido entre los animales y nosotros y se reconozca como parte del reino animalia. Solo así seremos capaces de comprender más nuestras emociones y las de los demás animales no humanos.