Innegable, la corrupción en el Poder Judicial: ministro Zaldívar
Es necesario tener un mayor acercamiento con la sociedad mediante la transparencia, afirma
El ministro Arturo Zaldívar Lelo de Larrea reconoció que al interior del Poder Judicial de la Federación (PJF) existen innegablemente actos de corrupción, por lo que es necesario diseñar estrategias para atacar este tipo de delitos, además de que llamó a poner en práctica políticas de austeridad reales y no simbólicas.
Ante los plenos de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y del Consejo de la Judicatura Federal, Zaldívar realizó una serie de observaciones nunca antes hechas con tal contundencia por otro ministro, particularmente del papel que está desempeñando el máximo tribunal de justicia del país, así como los juzgadores federales.
Mencionó que hay que diseñar “estrategias inteligentes para combatir los casos de corrupción que innegablemente existen en el Poder Judicial de la Federación. Tanto en la impartición de justicia como en las funciones administrativas del Poder Judicial deben operar eficazmente los procesos que permitan detectar y sancionar firmemente los actos de corrupción, en una política de cero tolerancia”.
Durante una sesión solemne donde se tomó protesta a diez jueces de distrito, el ministro aseveró que los jueces deben aplicar con energía las leyes anticorrupción, en los asuntos que se ventilen ante el Poder Judicial en contra de funcionarios públicos o de particulares, con pleno respeto a los derechos de los inculpados. “Un Poder Judicial de la Federación fuerte y confiable es indispensable en el combate a la corrupción”.
Habló de la necesidad de tener una mayor cercanía con la sociedad a través del fortalecimiento de la transparencia. “Debemos generar procesos de apertura que permitan a académicos y organizaciones de la sociedad civil hacer un escrutinio constante de la labor administrativa y jurisdiccional del Poder Judicial de la Federación”, puntualizó Zaldívar subrayó también que el PJF le debe mucho a las víctimas de violencia de este país. “Les debemos a las víctimas de la violencia en este país un conocimiento de la verdad que ayude a sanar su dolor. Y en una verdadera democracia, la única vía en sede judicial para obtener esa justicia es a través del debido proceso. “Debemos exigir, mediante procesos justos, que sean sancionados quienes sean hallados culpables, más allá de toda duda razonable. Esa es la verdadera justicia a la que las víctimas aspiran y tienen derecho”, expresó.
Aseguró que las pasadas elecciones reflejaron un profundo descontento social. “Fueron reveladoras de un desprestigio generalizado A partir de una política de tolerancia cero hay que detectar y castigar estos actos ilícitos, señala de las instituciones y, tenemos que reconocerlo, mucho de ese hartazgo y de esa frustración social se dirigió expresamente a esta Suprema Corte y al Poder Judicial de la Federación, en general”.
Aunque los jueces no son electos popularmente, dijo que esto no implica que, como institución, deban hacer oídos sordos a los reclamos sociales. “No implica que ante las críticas y las demandas concretas que se nos plantean, podamos escudarnos en nuestras garantías institucionales simplemente para voltear la cara y no asumir nuestra responsabilidad en los problemas estructurales que aquejan a nuestro país”, declaró.
El ministro recordó que desde hace más de dos décadas, la Suprema Corte ha contribuido de manera determinante al equilibrio, la estabilidad y la gobernabilidad del país. “Ha sido un contrapeso real en nuestro sistema de división de poderes, árbitro de los conflictos políticos y garante del federalismo y, sobre todo, a través de su labor interpretativa ha dado un contenido real y tangible a los derechos humanos que la Constitución reconoce, particularmente a partir de las reformas constitucionales de 2011”.
Sin embargo, los juzgadores, “y particularmente esta Suprema Corte, debemos hacer una profunda labor de autocrítica. Debemos preguntarnos por qué no hemos sido capaces de ganarnos la confianza plena de la sociedad”, añadió.