Otra vez Beto y Enrique
Mientras, que Plaza Sésamo ya mando nuevamente el comunicado habitual cada vez que alguien asegura que Enrique y Beto, su emblemática pareja de “amigos” que siempre están discutiendo en su departamento, soy gays: esta vez puede ser que el asunto ya no esté en sus manos.
Amo su explicación: “Son Muppets, y aunque tienen características humanas no tienen orientación sexual”, pero ¿en serio? Entiendo muy bien la postura de Frank Oz, productor y junto con Jim Henson responsable de la existencia de semejantes personajes (que tanto adoramos las generaciones pre-Elmo) quien asegura que él inventó a los personajes y que definitivamente NO son pareja. Pero el tema se puso complicado nuevamente ayer cuando el guionista Mark Salzman aseguró que ellos siempre fueron escritos como pareja gay y que su propia relación era la inspiración de ello.
¿Por qué es interesante todo esto? Porque si bien es divertido pasatiempo estar especulando sobre la imposible vida sexual de unos Muppets la verdad es que las negaciones cíclicas de Sesame Street Workshop al respecto deberían ser escuchadas: porque si algo no son es ser excluyentes o conservadores.
Por supuesto que ya apareció desde entonces un personaje gay. También hemos visto personajes refugiados, uno que es VIH Positivo y prácticamente representantes de todos los grupos sociales que sufren de algún tipo de estigma en el mundo. Hay producciones locales que tocan temas particulares con ciertas criaturas. Hay de todo. Pero Beto y Enrique, insisten, fueron creados para fomentar el concepto de la amistad. Una amistad compleja, sin duda, pero amistad al fin.
La verdad es que cuando yo los veía de niña no me estaba preocupando que hacían al apagar la luz (más que buscar el patito de hule de Enrique), pero entiendo que eran otros tiempos y no se me estaba tratando de presentar como algo perfectamente habitual el hecho de que personas del mismo sexo pudieran amarse. Sin morbo. Sin nada inadecuado para niños. Simplemente otro tipo de relación humana. Ojala así hubiera sido.
Eso es lo que está en juego ahora. Los que pensamos que las nuevas generaciones están mucho mejor al recibir un mensaje inclusivo nos encanta a idea de Beto y Enrique, juntos ya por tantas décadas. Pero tampoco hay necesidad de reescribir el pasado para ajustarlo a nuestra agenda actual. Lo que fue, fue y también debemos entender de dónde venimos. Cuáles eran los mensajes y como los desciframos. No cambiar la narrativa de pronto.
Ahora, una vez dicho esto hay que admitirlo: la mayoría de nosotros conocemos a alguna pareja gay que son la viva imagen de Enrique y Beto ¿o no? También esta lindo celebrarlos.