¿Cual bancarrota, cual bancarrota?
Hasta la duda ofende. Podrán decir misa pero este país de ninguna manera está en bancarrota; antes al contrario, se ha levantado de la lona gracias alas re formas estructure in ch o ns de mi licenciado Peña, no se diga la generosidad de la Coparmex y el Consejo Coordinador Empresarial, cuyos compromisos sociales los ponen al borde de caer en el comunismo primitivo, prácticamente estamos en jauja. Cualquiera que lo niegue no solo está equivocado, sino que no sabe mirar ni leer los verdaderos indicadores que nos hablan de una patria a la que le falta un grado para ser Suiza. Digo, si hay una gran deuda externa, ha sido por una buena causa y si hay tanto desempleo y pobres en extremo, lo hacen por su propia voluntad, seguramente debido a sus usos y costumbres.
Para demostrar que no hay crisis a la vista, bañista, solo había que ver cuántos mexicanos estaban presentes en la pelea del Canelo. Centenas que abarrotaban la arena y que arengaban al campeón para que le birlara otra vez la cartera a Golovkin.
Y qué decir del boyante estado de las finanzas nacionales cuando un solo personaje se puede hacer de 90 propiedades inmobiliarias como Duarte y la Loca academia de Javidús. O sea, ¿en qué país los altos funcionarios pueden tener casas y ranchos como si fueran Oxxos? Eso nos debería tener más orgullosos que indignados.
Digo, estamos tan bien que el gobierno de Jalisco del priista don Aristóteles Núñez puede mantener deambulando por pueblos y municipios dos tráileres llenos de cadáveres por aquellas venturosas geografías, perfectamente refrigerados. Eso es tener presupuesto. Y lo mejor es que en vez de ponerlo a limpiar los contenedores y cambiar los cuerpos a otro espacio un poquito más digno, el castigo para el director del Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses, responsable de estas maravillas, fue el despido. Muy bonito, algo que solo se puede comparar con el espléndido trabajo humanitario del próximo ex góber de Veracruz, don Yunes, que ha hecho todo lo posible para que las fosas clandestinas se transformen en un circo.
Bueno, estamos tan en jauja que con toda dignidad el gran Osorio Chong defiende los logros económicos de la presente administración mientras se come un paste que, según sus propias palabras, es mejor que un Tupperware.
Ya el señor licenciado don Peje ofreció paz y amor a quienes pudiera haber ofendido por decir que México estaba en bancarrota. Mejor le hubiera mandado té de tila para la bilis. ¡Cómo se atreve! ¡Abrase visto!