staba yo echado en mi hamaca como anunció AMLOVE que estaría en la suya en Palacio Nacional, escuchando las declaraciones de Max Cortázar y de la góber electa de Puebla, la panista Martha Érika, que no se sabe si es más fan de Luis Miguel que de su esposo, Moreno Valle, sobre que no les podía pasar mejor cosa que el recuento voto por voto, casilla por casilla, para que su victoria no tuviera mancha. Esto sonaba un poco raro, más aún cuando se pusieron a defenderla un montón de opinócratas que ya están muy gagás, pues si se había llegado a esas instancias era porque tanto el Tribunal como un estudio de la Universidad Iberoamericana arrojaron que había habido chanchullo en el proceso electoral que parecía todo un
chuchinero. Es decir, no puedes decir que estás contento porque la elección que supuestamente ganaste cargó con todas las tradiciones de la alquimia electoral:
embarazo de urnas, operación tamal, acarreo de fuerzas vivas, el ratón loco y, ya más motherno, hackeo cibernético.
Digo, igual pensando bien fue un homenaje a las viejas prácticas del PRIcámbrico temprano que tantas alegrías forjaron a lo largo de la noche tricolor.
No sabemos cómo terminará el recuento, pero todo indica que aquello estará más sucio que las 66 empresas fantasma que según el SAT desviaron 2273 millones de pesos. O los 50 millones de pesos que se perdieron en el Senado destinados a la reconstrucción.
Me mezco y esto me lleva a pensar en la Ruta 18 de camiones y pecerdos que desde que recuerdo protagonizan verdaderos tragediones como la de ayer en Cuatemientras las autoridades fingen demencia. Y ante cualquier cuestionamiento dan respuestas son igual de lógicas que las del
góber petocho de Jalisco, don Aristóteles Sandoval, cuando trata de explicar la existencia de dos tráileres que se pasean alegremente por la geografía del estado con una carga de decenas de cadáveres que se le han venido acumulando gracias a sus buenos oficios en su lucha contra el crimen organizado: balbuceos si ton ni son.
Por alguna razón cree que con el despido del fiscal se resuelve todo (cuando en realidad despierta más sospechosismos), de la misma manera en que el señor Amieva supone que todo se arregla suspendiendo a la Ruta 18 unos días.
Para lo que tienen que decir, mejor les deberían cortar el tiempo del rollo como a los senadores, que quieren tirar rollo hasta agotar saliva. Ni que fueran Churchill.
Mejor me regreso a la hamaca que, como dice Kevin Johansen, no es como el subebaja ni el tobogán.