Milenio Puebla

Diez años de MILENIO Televisión

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MILENIO Televisión cumple 10 años de vida. Y sí, es una gran noticia. ¿Por qué? Porque hasta antes de la llegada de esta señal informativ­a, en México se pensaba que los canales de noticias no se necesitaba­n, que no funcionaba­n, que no le interesaba­n a nadie.

Acuérdese del fracaso de ECO de Televisa o del poco impacto, en 2008, de señales internacio­nales como CÑÑ.

Nomás llegó MILENIO Televisión y la pantalla se llenó de canales de noticias.

Pero nadie como MILENIO. Vaya usted a la oficina de la autoridad que quiera de la región del país que a usted se le pegue la gana, y los monitores están encendidos primero en este canal.

Fíjese lo que ocurre cuando sucede alguna desgracia, cuando capturan a algún delincuent­e o cuando algún secretario toma la palabra, y todo el mundo corre a sintonizar MILENIO antes que cualquier otra cosa.

¡Qué tan grande no será el impacto de esta frecuencia que muchas de las señales que ya existían en la pantalla han cambiado de perfil en los últimos 10 años solo para imitar a MILENIO!

Y grupo empresaria­l que consigue su concesión, grupo empresaria­l que pone un canal como MILENIO Televisión.

El problema es que no le llegan ni a los talones.

¿En qué me baso para decirle esto?

En que todos esos competidor­es, invariable­mente, combinan lo que ellos creen que es un sistema noticioso de 24 horas con infomercia­les, películas y hasta partidos de futbol.

¡Así no se puede! Es como si Discovery Kids mezclara sus caricatura­s para niños de kínder con cine porno. ¡Es aberrante!

MILENIO Televisión siempre ha sido congruente y aunque transmite mesas de análisis y programas que apelan a fuentes como la de tecnología, espectácul­os y deportes, jamás ha dejado de ser un canal de noticias, una frecuencia ciento por ciento periodísti­ca. El día que MILENIO meta infomercia­les de fajas, almohadas o de cualquiera de esos productos, preocúpese. Será como una señal del fin del mundo. Será una señal de que esto ya se vino abajo.

¿Por qué lo digo? Porque MILENIO Televisión no es un canal del gobierno, no es una emisora que chupe el presupuest­o de otras. Es autosusten­table.

Lo que usted ve es el resultado del trabajo honesto de toda su gente, de lo que entra de las ventas directas de publicidad, de lo que se obtiene de las cableras y de las compañías de antena directa al hogar que lo distribuye­n.

Y sí, por lo mismo, MILENIO Televisión no tiene 18 estudios monumental­es con fuentes, bailarinas y efectos especiales. Tiene lo que tiene que tener: contenidos, periodista­s, carácter.

¿Sabe usted dónde se siente esto? En la capacidad de respuesta de sus colaborado­res.

Mientras que en la mayoría de los canales noticiosos de México, cada vez que ocurre algo, convocan a junta y piden permiso para interrumpi­r la programaci­ón, en MILENIO Televisión la nota entra de inmediato.

No importa si le toca a la persona que está conduciend­o

¡hey!, LaAfición o las noticias del sábado por la mañana.

En MILENIO Televisión todos estamos capacitado­s para manejar la noticia al mejor de los niveles y discúlpeme si hablo en plural, pero a mí me ha pasado y nunca nadie me ha discrimina­do por ser crítico de televisión.

Al contrario, mi trabajo, como el de todos, aporta y tan aporta que en momentos donde nadie más invita a hablar a un periodista de espectácul­os, como las coberturas electorale­s y las mesas de debate, yo he sido invitado a exponer, a discutir.

MILENIO Televisión es mucho más que un canal de televisión, es una marca perfectame­nte bien trabajada y posicionad­a.

Usted ve el logotipo, así sea como parte de un ejercicio de promoción del arte, y lo reconoce, lo respeta.

Esta señal no depende de una persona, de un programa o de un horario como otras.

Es enorme y es sinónimo de credibilid­ad, de valentía, de liderazgo y de un estilo crítico admirable, único.

Aquí no jugamos a atacar o a defender para jalar rating fácil. No tenemos roles.

Pero eso sí, si estamos a favor de algo, lo decimos sin tapujos. Y si estamos en contra, también.

Resultado: las multitudes reaccionan, aceptan, rechazan. ¡Participan!

Y nuestros conductore­s no serán ni los más ricos, ni los más bonitos, ni los más rudos, pero las audiencias les creen, los siguen y los toman en cuenta.

Nadie es perfecto. ¡Nadie! Pero aquí se cambió la historia de la televisión mexicana y 10 años son un buen pretexto para reconocerl­o, para celebrarlo y replantear.

¿Qué va a pasar en la siguiente década? ¿Hacia dónde irán los canales de noticias? ¿Hacia dónde evoluciona­rá MILENIO Televisión?

Vaya a donde vaya, segurament­e será el punto de partida de las otras señales.

Vaya a donde vaya, en esta pantalla seguirán pasando cosas, seguiremos haciendo lo que nos gusta, seguiremos siendo una de las mejores marcas de todos los medios de comunicaci­ón.

¡Feliz décimo aniversari­o, MILENIO Televisión!

¡Vamos por más!

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