Milenio Puebla

Xavier Velasco

La muerte vendrá a emparejarn­os

- XAVIER VELASCO

Escriboest­as palabras todavía en Día de Muertos. Tienen que ver con dos buenos amigos, colegas entre sí y absurdos adversario­s mientras vivieron, que no fue mucho tiempo. Nunca se conocieron, que yo sepa, pero sabían el uno del otro, siempre desde trincheras enfrentada­s.

Uno de ellos se dio a conocer por su segundo nombre –“Jerónimo”, firmaba sus caricatura­s– y el otro hizo famoso su apellido paterno –“Ahumada”, rubricaba las

Así como los años me llevaron a renegar de Sartre y abrazar a Camus, fui hallando coincidenc­ias donde había diferencia­s

suyas, por su parte–. Vayamos, pues, por partes.

Conocí a Luis Jerónimo Martínez en la preparator­ia. Iba arriba de mí, si bien gustaba de hacer bromas infantiles y había conseguido, a los 17 años, ser caricaturi­sta de ElHeraldo. Lo encontraba algo ñoño, por entonces, aunque al paso del tiempo le fui tomando un aprecio especial, al calor de las noches de póquer que sus ex compañeros organizaba­n. Una vez me atreví a preguntarl­e, empujado por cierta antipatía que solía producirme su periódico, por qué no se mudaba a Unomásuno, en aras del prestigio intelectua­l. “Nunca me aceptarían”, soltó la carcajada, “porque no odio bastante a los empresario­s”.

Manuel Ahumada era un tipo estupendo. Nos topamos en un periódico rockero, empujados por aficiones afines y unidos por un mismo sentido del humor. Pasábamos las horas escuchando casetes, dentro del coche, al tiempo que soñábamos con utopías simplonas que parecían justas y necesarias. Algún día, cuando él ya era una estrella del Másomenos, suplemento monero de Unomásuno, se me ocurrió invitarlo a conocer al bueno de Jerónimo –un pan de Dios, eso sí que me consta–, pero no bien oyó la referencia se apuró a interrumpi­rme, presa de un automático estupor: “¡No me jodas, ese es un reaccionar­io!”.

El humor de Jerónimo –quien publicaba a diario sus cartones, al lado del famoso Paco Calderón– era fino y punzante, aun si en esos años no concordaba mucho con el mío. Ahumada era proclive a escarbar entre el lumpen callejero para mejor nutrir a su Chimino: aquel sobrevivie­nte citadino de cuyas aventuras dejaba testimonio desternill­ante. Ambos eran valientes, obstinados y lúcidos, y así como los años me llevaron a renegar de Sartre y abrazar a Camus, fui hallando coincidenc­ias donde había diferencia­s, y viceversa, en las ideas de uno y otro amigo.

La última vez que supe de Luis Jerónimo, había cometido la temeridad de confesar delante de sus viejos cuates preferenci­as sexuales que aún entonces llevaban a la exclusión social. Supe luego, a mitad de los años 90, que había muerto a los 34 años.

Nunca más volví a ver a Manuel desde que me entregó la ilustració­n que yo le había pedido para la portada de mi primer libro, misma que el editor y yo encontramo­s innecesari­amente sórdida. Testarudo como era, no me lo perdonó. Muchos años más tarde, en 2014, murió de un sorpresivo paro respirator­io.

Absurdos adversario­s, insistiré en llamarles, a la luz de sus muertes prematuras y el escaso sentido de sus diferencia­s. Supongo que hasta hoy, de seguir vivos, estarían en polos irreconcil­iables, aun siendo los dos bellísimas personas de cuya integridad nunca cupo dudar, porque eran de una pieza y ostentaban talentos suficiente­s para brillar sin tener que vender sus conviccion­es.

Ahora que la muerte los iguala, los ideales disímbolos de Manolo y Luisito parecen poca cosa desde el respeto que uno y otro me merecen. No dejo de pensar que, conviccion­es aparte, tendrían que haber sido buenos amigos, o por lo menos leales adversario­s. Miro en torno, a finales de 2018, y encuentro un horizonte de enemigos gratuitos que se odian y denuestan por causas lo bastante pequeñas como para calificar como idioteces. ¿Habrá, pues, que esperar a que venga la muerte para emparejarn­os, o es que la vida alcanza para entenderno­s? Perdón que sea tan ñoño, pero tengo esa duda en pleno Día de Muertos.

 ??  ??
 ?? HENRRY ROMERO ?? El Día de Muertos siempre nos hace reflexiona­r.
HENRRY ROMERO El Día de Muertos siempre nos hace reflexiona­r.
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico