Sexo de pie: fuerza e ímpetu
Tener un encuentro erótico de pie puede ser delicioso si se integran los elementos necesarios para llevarlo a cabo: fuerza por parte de ambas personas, particularmente en las piernas; ganas de divertirse, estabilidad (para no acabar en el suelo) y creatividad para irse moviendo conforme sientan más placer.
Entre las opciones más comunes se encuentran las siguientes:
De cucharita: ella, o uno de ellos en el caso del encuentro gay, se debe colocar frente a la pared para que su compañero l@ penetre desde atrás. La ventaja es que ambos pueden colocar las manos sobre la superficie, teniendo así un mayor apoyo.
Sexo oral: quien lo recibe estará parado y quien lo brinda debe bajar al nivel de los genitales, ya sea que se agache, se acuclille o se arrodille. Si ellas lo brindan, pueden estimular su clítoris con las manos al mismo tiempo.
Contra la pared de frente: el apoyo se puede dar en los glúteos de quien está recargad@ contra la pared, subiendo un poco de altura. El acompañante deberá cargar con el peso.
En las escaleras: los escalones son buenísimos para ir probando diversas alturas hasta encontrar la mejor. Por lo regular ella se acomoda en el escalón de arriba para facilitar la penetración.
De cabeza: hay quienes gustan de pedirle a su pareja que se sostenga con las manos en el piso para sostenerla por las piernas y brindarle sexo oral. Digno de atletas.
La V en la mesa: quien recibirá el pene (o un vibrador, porque también aplica en sexo lésbico con penetración) debe sentarse en una mesa, sostener su peso en codos y nalgas, con fuerza en la espalda para poder abrir las piernas en V. En la regadera: en este caso lo que más importa son las caricias en todo el cuerpo, ayudados por el agua y el jabón. Se valen los juguetes sexuales que puedan mojarse, como esos patitos con traje de látex que vibran.
En el baño: quienes disfrutan de los cachondeos en espacios públicos, los baños de algunos bares (o hasta de los aviones) pueden ser ideales para un rapidín recargados en el lavamanos.