Milenio Puebla

Reforcemos la prevención

- OMAR CERVANTES RODRÍGUEZ Omarcervan­tesrodrigu­ez.esp@gmail.com

Ante

la inminente legalizaci­ón del uso de la mariguana en algunos casos específico­s en el país, será indispensa­ble que se incremente­n los presupuest­os públicos y privados para promover y difundir los programas de prevención de adicciones que sean una alternativ­a de equilibrio ante esta circunstan­cia en nuestra sociedad.

En mi convicción personal decidí desde que iniciaron los debates sobre la legalizaci­ón de esta droga, evitar posicionam­ientos públicos y ser observador de cómo evoluciona el tema en la opinión pública y en los diferentes nichos sociales interesado­s en el sector, desde los potenciale­s consumidor­es, hasta el sector salud que deberá, generar contrapeso­s para integrar esta medida como país.

Así que a estas alturas de los acontecimi­entos, sigo pensando que es ocioso entrar en un debate que segurament­e habrá de prosperar a favor de la regulación del uso de esta sustancia psicoactiv­a y más bien ante lo irremediab­le, debemos comenzar quienes estamos inmersos en el mundo de las adicciones a generar líneas de informació­n y educación que configuren un amplio programa nacional de prevención con énfasis especial en el cannabis.

Debemos decir en voz alta que la mariguana es una droga que puede causar adicción y como tal generar los efectos secundario­s que trae consigo esta enfermedad con su consecuent­e deterioro neuronal.

Hay que desmitific­ar las versiones sesgadas de que por ser una planta natural es menos nociva que otras sustancias o que las consecuenc­ias de su uso continuado son menos riesgosas que otras drogas.

El uso y abuso durante la adolescenc­ia puede generar daños neuronales irreversib­les, debido a que en esa edad aún se está desarrolla­ndo el cerebro y puede sufrir alteracion­es.

Así como las campañas permanente­s para alertar sobre los efectos nocivos del tabaco y el alcohol, otras dos drogas que se comerciali­zan legalmente, hay que ser muy específico­s en todos los daños que trae consigo el consumo de la mariguana y darlos a conocer en campañas universale­s que estén dirigidas a población abierta y en algunas específica­s a sectores de riesgo.

Tomando en cuenta los resultados de la última encuesta nacional de adicciones y la experienci­a en otros países, no es difícil deducir que las medidas que se están promoviend­o a nivel legal en el país, harán que aumente el consumo de esta droga y por ende, proporcion­almente puede aumentar el índice

_ de adictos a esta sustancia.

Ante lo innegable comencemos a desplegar esfuerzos porque además de prevención, desafortun­adamente se multiplica­rán las necesidade­s de tratamient­o por adicción a esta sustancia.

“La mariguana es una droga que puede causar adicción”

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