Red de apoyo a migrantes, ejemplo nacional
La red encabezada por el sacerdote, Gustavo Rodríguez Zárate, que apoyó a los integrantes de la Caravana Migrante durante su paso por Puebla, ya es ejemplo nacional por los resultados brindados.
Pese a algunas complicaciones, la red de apoyo implementada desde la arquidiócesis de Puebla dio resultados y brindó atención a más de dos mil 500 migrantes, la mayoría proveniente de Honduras, Guatemala, El Salvador y Nicaragua.
A diferencia de los problemas que se presentaron en Chiapas, Oaxaca y Veracruz, en Puebla, los albergues ya estaban preparados para entregar ropa, alimentos y hasta permitir un baño.
Sin importar las razones por las que la caravana migrante decidió detener su marcha hacia Estados Unidos para hacer una pausa en la Ciudad de México, los templos poblanos de Nuestra Señora de la Asunción, ubicado en la colonia Aquiles Serdán; y San Juan de Los Lagos, en la colonia San Rafael Poniente, abrieron sus puertas a todos los migrantes que decidieron pasar por Puebla en busca de descanso para continuar su camino.
La respuesta de los fieles fue exacta y todavía existe la posibilidad de brindar apoyo para los integrantes de las siguientes caravanas que se encuentran al sur del país.
Investigadores de la Universidad Autónoma de Puebla (UAP), de la Universidad Nacional Autónoma de México y del Instituto de Investigaciones Dr. José María Luis Mora, adscrito al Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), así como de otros centros de investigación, están interesados en analizar la red que se encuentra en Puebla por los resultados brindados en apoyo a los migrantes.
Rodríguez Zárate, coordinador de la Pastoral de Movilidad Humana de la arquidiócesis de Puebla, está convencido en que todos los seres humanos tienen derecho a un mejor nivel de vida y, sin importar su origen, color de piel o sexo, decide abrir las puertas a todos los migrantes.
La labor del religioso no es sencilla porque desde su parroquia, el templo de Nuestra Señora de la Asunción, investiga el fenómeno migratorio, ejercicio que ya le ocasionó problemas con integrantes de grupos criminales.
Pese a amenazas recibidas, el sacerdote seguirá apoyando a los migrantes por vocación, sin pedir nada a cambio y con el único objetivo de que más personas ejerzan su derecho de mejorar su nivel de vida, sin duda, una labor loable.
“La respuesta de los fieles fue exacta”