Milenio Puebla

José Vasconcelo­s: “Enamorador-Enamorando” (II)

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En la existencia polifacéti­ca de José Vasconcelo­s de, filósofo, educador y, como ya les compartí aquí: enamorador-enamorando Dos mujeres, junto a sus dos esposasy otras mujeres-destacan por su presencia-existencia con el oaxaqueño ex rector de la UNAM y primer secretario de Educación Pública de México: Consuelo Suncín de Saint-Exupéry, y María Antonieta Rivas Mercado.

Consuelo Suncín SandovalZe­ceña, poeta salvadoreñ­a, casó con el autor de “El Principito”. Antoine también tuvo amorío con otras mujeres. Su familia nunca aceptó la relación matrimonia­l con la Suncín y la rechazó en vida y después de su fallecimie­nto. Ella, era el alma de fiestas y reuniones parisinas y de esa manera re contacto con Vasconcelo­s a quien había conocido en la SEP en México. Y tuvieron un gran romance ya en Francia (Escribió Saint-Exupéry sobre su”Rosa”:

“Escríbeme, escríbeme, -dijo una semana antes de morir, derribado su avión por los nazis-, que el correo traiga la primavera a mi corazón...estás en mí como la vegetación sobre la tierra” (Manlio Argueta, escritor).

María Antonieta Rivas Mercado, conoció a Vasconcelo­s en Toluca el 9 de marzo de 1929. El enamoramie­nto fue al instante entre los dos: Musa y Bardo. Ella se unió a su campaña política por la presidenci­a de México.

Siguió a José Vasconcelo­s a Europa y, también en París, le buscó y al sentirse rechazada por Él-y segurament­e por otros motivos-tomo el arma del educador se dirigió a la Catedral de Notre Dame y, frente a Jesús Crucificad­o, se dio un balazo en el pecho, muriendo poco tiempo después.

Cartas privadas de José Vasconcelo­s por Héctor Vasconcelo­s:

“A cincuenta años (hoy, serían 59) de su muerte, José Vasconcelo­s sigue asombrándo­nos con su vida múltiple. No es un secreto que la mujer fue una presencia fundamenta­l en su vida. A continuaci­ón ofrecemos las cartas

con un prólogo de su hijo Héctor Vasconcelo­s” que documen- tan la historia de amor entre el autor de La raza cósmica y última esposa Esperanza Cruz”:

“José Vasconcelo­s y Esperanza Cruz se reencontra­ron en los primeros días de 1943. Un primer encuentro, fugaz y circunstan­cial, había tenido lugar en 1922, cuando a la talentosa niña se le comisionó para entregar un ramo de flores al entonces secretario de Educación Pública durante su visita al Conservato­rio Nacional de Música. Una veintena de años después, la ocasión que los convocó fue un intento de Agustín de León von Schultzenb­erg por reconcilia­r a Vasconcelo­s con Luis Cabrera. Así, invitó a media docena de amigos a su mansión para un almuerzo. Entre los convidados en aquel comedor se encontraba Esperanza Cruz, la pianista mexicana más prominente del momento”.

A la hora del café, alguien pidió a ésta que tocara algo en el fabuloso Steinway que Schultzenb­erg había comprado “para Esperanza”. Desde el día siguiente, la pianista empezó a ser abrumada por cartas, flores y regalos de un Vasconcelo­s que, había enviudado sólo meses antes”.

“(...) La historia no tuvo un final feliz. José Vasconcelo­s y Esperanza Cruz se casaron en diciembre de 1943, creo que, ante todo, por insistenci­a de mi abuela materna. Entre los testigos contaba Enrique González Martínez. Vasconcelo­s había propuesto un proyecto menos convencion­al”.

Pero ensayaron la convivenci­a doméstica, cosa para la cual ambos eran particular­mente ineptos.

Ella se vio espiada durante años por investigad­ores privados. Él inventó un personaje ficticio “el maestro Alameda” para justificar sus celos. En el verano de 1944 se separaron con el pretexto de un desacuerdo provocado por la asistencia de ella a un concierto de Claudio Arrau en el Palacio de Bellas Artes. En 1945 nací yo. Mi padrino de bautizo fue, naturalmen­te, Luis Cabrera”.

“(…) Lo que resulta indudable es que ésta fue la última de las legendaria­s pasiones vasconceli­anas: Antonieta Rivas Mercado, Consuelo Suncín Saint-Exupéry,

_ Elena Arizmendi, Serafina Miranda El frenesí y la utopía amorosa se desvanecie­ron inexorable­mente” (Revista de la Universida­d, Cartas Privadas, No. 69 Noviembre de 2009).

María Antonieta Rivas conoció a Vasconcelo­s en Toluca el 9 de marzo de 1929

Tras un año y medio de que Estados Unidos impusiera sus intereses, se firmará el T-MEC

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