Cómo nos duele crecer...
Selección. El recambio generacional del Tricolor ha tomado un rumbo lento, complejo y repleto de malos resultados y dudas
La derrota ante Argentina, por amistoso que haya sido el encuentro en Córdoba, caló hondo en el Tricolor. Después del 2-0 en tierras pamperas, Guillermo Ochoa, uno de los últimos referentes del plantel, de los que quedan luego de la Copa del Mundo, advirtió: “Nos urge que llegue el entrenador que tomará al equipo; nosotros no tenemos para armar dos o tres selecciones, como Brasil o la misma Argentina, pero sí podemos potenciar el talento que tenemos”. La declaración abría una herida al trabajo de Ricardo Ferretti, otra arista a analizar en los últimos tres meses.
Después de Rusia 2018, los altos mandos de la Federación Mexicana de Futbol replantearon el camino a seguir. Con dos Copas del Mundo en el camino, la primera (2022), como experimentación y la segunda, cuatro años después, una posible consagración al talento que se comenzaría a mostrar en Qatar. La intención no era otra que regenerar a los seleccionados habituales y más, con irrupciones tempranas de jóvenes con condiciones a mostrar. Todo parecía ir viento en popa.
El primer acto fue el adiós de Juan Carlos Osorio, al que se le ofreció una renovación que rechazó por no interesarle continuar al mando de la selección. Así comenzó una búsqueda de timonel que supuso interminables entrevistas y llamadas, con una pausa que incluyó la presencia de Ricardo Ferretti como entrenador interino. “Mi intención no es quedarme; vengo a cumplir con los partidos que restan este año y nada más”, aclaró el brasileño.
Las ausencias de Javier Hernández, Miguel Layún y Héctor Moreno fueron las principales tónicas de las distintas convocatorias de Ferretti. Incluso, pese a acumular críticas y malos resultados, Ricardo se excusó en todo momento por las no consideraciones, en particular, en el caso del Chicharito. “No, no te equivoques, yo no tengo por qué llamarle a Javier, ni a nadie; si yo considero que quiero verte, te convoco, no te llamo por teléfono”, comentó a un periodista el mismo estratega.
Por desgracia para el brasileño y parte de la nueva generación, los resultados adversos no tardaron. A 90 minutos de que la gestión del Tuca finalice con la selección mexicana, sus dividendos en esta segunda oportunidad son bastante negativos. En los primeros cinco encuentros suma cuatro derrotas, con 10 goles en contra y aunque por lapsos han exhibido destellos de buen futbol, la esencia del estilo de Ferretti no se ha manifestado. Su presencia en el banquillo tricolor ha sido meramente anecdótica.
Con la elección de Gerardo Martino como sucesor de Ferretti, parece tiempo perdido lo que ha ocurrido desde el final del Mundial. La planeación de la regeneración no ha sido tan simple como se esperaba. Pocos han sido los elementos que se han consolidado en la actual selección nacional. Gerardo Arteaga, por ejemplo, ha sido un constante elemento en las listas del Tuca. El lateral se mostró al máximo en canchas argentinas, con un rendimiento muy alto.
Otro de los eslabones que mejor rindió en los últimos compromisos de la selección fue Javier Güémez, que ubicado como contención natural ha dejado escasas dudas de su talento y capacidad. Estos son de los pocos elementos que mejor funcionamiento y adaptabilidad han desarrollado en la etapa del brasileño. Sin duda, cómo duele crecer. incluso en el futbol.
Rompieron el protocolo
La MLS tiene reglamentaciones estrictas respecto al cambio de contrato o ampliación del mismo. De la misma manera, son muy mal vistos los cam-
bios abruptos de equipo sin antelación de por medio. El Atlanta United, el equipo de Gerardo Martino, a días de disputar la final de conferencia, frente al New York Red Bulls, rompió el protocolo previsto y tuvo que anunciar que el argentino arribará a partir de enero a las riendas de la selección mexicana y lo hizo en voz de Don Garber, su comisionado, para acabar con las especulaciones y dimes y diretes alrededor del Tata y su entorno. Hay prioridades.