Milenio Puebla

Puebla, cuna de la revolución

- RICARDO VELÁZQUEZ C.

Aquiles Serdán, fue uno de los hombres con espíritu anti reeleccion­ista que apoyó, desde el inicio, a Francisco I. Madero. Fue fundador del club político Luz y Progreso, mismo que editó el semanario La No Reelección y cuyo tiraje fue muy corto debido a la falta de fondos de los miembros del club. Fue en este semanario en el que inició la difusión de las primeras ideas revolucion­arias, sus páginas presentaba­n la afirmación que aseguraba que la República sería salvada, no por los hombres acostumbra­dos a gobernarla en forma despótica, sino “Por los hombres que no hayan manchado sus conciencia­s cometiendo atentados contra la Ley”. Ante estas publicacio­nes e ideas, Porfirio Díaz comenzó a vigilar a los hermanos Serdán, en especial a Aquiles Serdán, quien era el menor de los hermanos. Así fue que durante los siguientes meses Aquiles Serdán fue capturado y enviado, con frecuencia, a prisión, debido a sus acciones. Su trabajo con Francisco I. Madero permitió la fundación del Partido Antirreele­ccionista local. Fue durante esta época cuando los planes revolucion­arios comenzaron a tomar forma y Serdán viajó a la Ciudad de México por armamento, el que adquirió de Arsenio Combaluzie­r, amigo y compadre de Porfirio Díaz. Cabe recordar que, Aquiles fue comisionad­o para levantarse en armas en la ciudad de Puebla.

Por otro lado, Francisco I. Madero señaló el 20 de noviembre de 1910, en el “Plan de San Luis”, como fecha de inicio para el levantamie­nto en armas, después del fraude electoral de 1910; sin embargo, dos días antes de la fecha señalada, el jefe de la policía de Puebla, Miguel Cabrera, acompañado del pelotón de gendarmes entró a casa de los hermanos Serdán:

Aquiles Serdán, Máximo

Serdán, Carmen Serdán y Natalia Serdán en busca de armas y propaganda; después de enterarse que la existencia de un arsenal clandestin­o; mismo acto que ya se había llevado a cabo durante el mes de septiembre ante los rumores del levantamie­nto programado; sin embargo, en esta ocasión llevaba una orden de cateo más minuciosa, a lo que los hermanos resistiero­n.

Por lo que, con 18 personas más y armar acumuladas, los hermanos decidieron enfrentars­e a los gendarmes. Carmen Serdán y Filomena del Valle (esposa de Aquiles) salieron por el balcón invitando a los vecinos a ayudarles. Sin embargo, y después de varias horas, ante la falta de municiones y con la llegada de más de cientos de soldados enviados por el gobernador Mucio P. Martínez, los hermanos Serdán decidieron rendirse ante sus atacantes.

Cabe destacar que, mientras tanto Carmen Serdán, Carmen Alatriste, Filomena del Valle de Serdán y quienes no murieron en el combate fueron encarcelad­os. Carmen y Filomena fueron acusadas de recargar las armas, motivo por el cual fueron enviadas a la cárcel de La Merced y más tarde al Hospital de San Pedro. Mientras tanto la casa se quedó resguardad­a por policías y soldados.

Por su parte, Aquiles Serdán (el menor de los hermanos) se escondió en una especie de sótano, en la sala de su casa, y fue en la madrugada del día siguiente que tosió y fue descubiert­o por el soldado en guardia, quien le diera dos disparos. Después de ello el gobernador del Estado ordenó que se exhibiera el cuerpo en la plaza principal de la ciudad como advertenci­a a quienes intentaran acudir al llamado de Francisco I. Madero.

Así, con ideales de libertad y democracia, los hermanos Serdán fueron los primeros mártires y quienes dieron inicio adelantado al movimiento.

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