José Vasconcelos y la Revolución Mexicana III
EA Efraín Castro Morales l parteaguas para nuestro país, después de la Conquista, Colonización, Independencia y Reforma, lo es la Revolución Mexicana. El movimiento armado que, de una u otra forma, trastocó al México de la dictadura porfirista, en lo social, político, agrario, cultural y económico; y dejó un país casi destruido, fragmentado, dividido; lleno de caudillos con regiones sin rumbo y sin nuevas alternativas para los vencedores y vencidos de esa primera revolución del siglo XX.
Y, en esa para muchos, revolución interrumpida, la figura de José Vasconcelos--junto a los hermanos Serdán son, al lado de Porfirio Díaz, Francisco I. Madero, Pino Suárez, Carranza, Villa, Zapata, Victoriano Huerta, Felipe Ángeles, Hnos. Flores Magón ; así como el grupo Sonora al norte con Álvaro Obregón, Plutarco E. Calles, Cárdenas y el grupo del sur con Salvador Alvarado, Domingo Borrego, Ignacio Gutiérrez, Hnos. Domínguez Suárez y Martínez de Escobar, entre otros, los principales actores de esa gesta fratricida.
Vasconcelos, desde que conoció a Madero en la Ciudad de México, lo invitó a su movimiento--como abogado y escritor--, y lo nombró director del “Antirreleccionista”. Desde ahí, fue adentrándose en sus postulados. No le simpatizaba D. Porfirio, a pesar de ser paisanos, pero con la mira del gran estadista y educador en ciernes, vislumbró su papel y esencia para la construcción de un nuevo país, resultante de y en la fe del triunfo revolucionario.
Considero que, en las tres partes que les hemos compartido en este espacio, he subrayado--al mismo tiempo que hemos perfilado algunas de sus acciones particulares como un ser humano, con cualidades y defectos— su gran y transcendental contribución como educador y político que sentó las bases y los ejes principales de la conformación y construcción del país, de su gobierno, de su identidad cultural, de su estructura educativa, de sus instituciones más relevantes, de su vida democrática e inclusive del Estado de Derecho actual, al haber sabido, comprendido y proyectado, mejor que nadie, lo que engendró y parió la Revolución Mexicana.
Al respecto, J. Pablo Reyes lo refuerza así: Siendo presidente de México, Álvaro Obregón, en junio de 1920 José Vasconcelos fue designado rector de la Universidad Nacional para reestructurar su organización y con el objetivo de crear una nueva institución educativa que trabajara en beneficio de los mexicanos: la Secretaría de Educación Pública (octubre de 1921) La nueva secretaría fue dividida en tres departamentos principales: el de las escuelas, para impartir tanto enseñanza científica y técnica como teoría; el de bibliotecas, para difundir la lectura en todo el país, y el de Bellas Artes, para fomentar la cultura artística.
“(…) Dos grandes decepciones políticas marcaron la vida y trayectoria política de Vasconcelos, la primera fue su derrota como candidato a la gubernatura de Oaxaca y en 1929 su derrota como contendiente por la presidencia de la República contra Pascual Ortiz Rubio, el candidato de Plutarco Elías Calles, el jefe máximo. Ambas derrotas fueron resultado de las imposiciones y fraudes electorales realizados en su contra”.
“(…) Hombre polémico, crítico de “los grandes caudillos de la Revolución y de la Revolución misma”, atraído por la ideología del nacionalsocialismo, José Vasconcelos dirigió la revista Timón, órgano de difusión del nacionalsocialismo en México; prologó el libro Derrota mundial de Salvador Borrego, en el que se plantea que el triunfo de los aliados sobre la Alemania nazi durante la Segunda Guerra Mundial fue una derrota para el mundo”.
“(…) Para Genaro Fernández MacGregor, compilador del texto Antología de José Vasconcelos, el creador de la SEP es “el mexicano más ilustre desde nuestra independencia hasta nuestros días”, ya que en sus obras abarcó todos los sistemas filosóficos, formando un sistema original” (Reyes, P.J. “José Vasconcelos: Un Prometeo Mexicano”, Excélsior 25 de septiembre de 2011).