La verdad sobre la caravana
Miles de mexicanos han expresado su rechazo a las caravanas migrantes que, desde finales del mes de octubre, recorren territorio mexicano para llegar a la frontera con Estados Unidos.
Pero, la criminalización y deshumanización que hemos visto en los medios sociales y las plataformas de comunicación instantánea se nutre en la mayoría de los casos de información manipulada o de información falsa.
La realidad es que la caravana no es una sola cosa. No es un grupo monolítico que pueda explicarse a partir de generalizaciones. Son miles de historias y miles de realidades agrupadas en eso que arbitrariamente llamamos la caravana.
Son los inmigrantes económicos que buscan escapar de la pobreza para crearse un mejor futuro. En Honduras, por ejemplo, casi la mitad de la población vive en extrema pobreza con menos de un dólar al día.
También hay refugiados que escapan de la violencia en lugares como El Salvador, donde se registran en promedio 11 homicidios al día. El Salvador es además uno de los países más peligrosos del mundo para ser mujer.
Según un reporte de la Organización de Mujeres Salvadoreñas por la Paz (Ormusa), el año pasado una mujer murió de forma violenta cada 18 horas.
En Guatemala, la emigración tam- bién ha dejado de ser una opción y se ha convertido en una estrategia de sobrevivencia ante el subdesarrollo y hasta el cambio climático que ha colapsado la agricultura en estos países, la principal actividad de la mayoría de los migrantes que salen de Centroamérica hacia el norte.
Lo mismo ocurre en Nicaragua, donde además se registra una crisis política que agudiza todos estos indicadores.
Cada vez más centroamericanos intentan ingresar a Estados Unidos sin autorización y cada vez más se trata de mujeres y niños, según los datos de la Patrulla Fronteriza.
Esto representa una transformación radical del perfil del migrante y de la manera en la que esta problemática debe ser atendida.
Esta es una crisis humanitaria potencialmente histórica y todos los países involucrados deberían atenderla como tal, aunque hasta ahora ninguno lo ha hecho.
Según la Ormusa, en 2017 murió de forma violenta una salvadoreña cada 18 horas