Ya nada nos asombra
Confieso que no sé todavía cómo tomar las declaraciones de Álvaro Dávila, el presidente del Morelia. Y es que este directivo explicó que el desabasto de gasolina y las extorsiones de las que muy a menudo son víctimas los habitantes de la capital michoacana fueron las razones por las que no pudo reforzar como pretendía a su equipo de futbol.
Dávila lamentó también el que “más de la mitad de nuestros jugadores han recibido llamadas de extorsión y acciones de otras circunstancias, y eso se sabe y eso pone trabas a nuestra plaza. Es algo a lo que también nos enfrentamos”.
Me parece muy grave que ni antes de que el presidente de este equipo de la Liga Mx, ni después se generen reacciones de apoyo ni de los directivos de la propia Liga, ni de la Federación Mexicana de Futbol.
Vamos, tampoco ni de otros propietarios, ni de directivos de otros clubes… Ni a título oficial, ni a título individual.
Tampoco han reaccionado los jugadores, ni los afectados, ni el resto de sus colegas que se supone están en una agrupación que vela por sus derechos. Y menos reacción ha habido por parte de las autoridades judiciales. Ni las estatales, ni las federales.
¿En qué triste país vivimos en el que estas quejas o denuncias pasan desapercibidas? Ya nada impacta. Se ha perdido de forma total la capacidad de indignación. ¿Será porque cada quien se está rascando con sus propias uñas intentando resolver sus múltiples e individuales problemas?
¿O alguien considera que Álvaro Dávila mintió para justificar los malos resultados de su equipo en el torneo que apenas empieza?
El equipo Morelia, también conocido como Monarcas, pertenece a uno de los grupos de comunicación más poderosos del país (el que agrupa a Televisión Azteca). Tampoco este medio, con sus distintas ramificaciones, se ha encargado de difundir con fuerza este hecho que resulta sumamente delicado.
¿Qué seguimiento le van a dar todos los afectados?
Me parece muy grave que no se generen reacciones de apoyo de los directivos de la Liga