Hay que movernos
Lamentable hecho ocurrido en Chiapas en una secundaria en la que algunos estudiantes sufrieron desmayos tras ser puestos a darle 10 vueltas a la cancha a manera de examen y la situación se ha tornado contra el profesor y la dirección de la escuela, en lugar de hacer un análisis más profundo para determinar las causas en las que incluso uno de los alumnos fue hospitalizado para ser evaluado con mayor precisión para conocer las razones del desvanecimiento.
Sin conocer a detalle este hecho a distancia y deseando que los jóvenes ya estén recuperados, es obligado reflexionar sobre la importancia de la cultura física en nuestro país desde la infancia y adolescencia, no sólo porque es un excelente hábito en los seres humanos, sino porque México tiene el nada honroso primer lugar en diabetes y obesidad, incluyendo el sector infantil.
Pareciera un dato menor saber que nuestros niños y jóvenes padecen de obesidad, aunque deberíamos ponernos a pensar en los riesgos metabólicos e incluso cardiacos que esto representa para ellos, amén de los temas relacionados con el bullying, su autoestima y las causas emocionales que hay detrás de una persona con sobrepeso.
Una madre de dos hijos (8 y 3 años) me escribió en mis redes sociales a propósito de este suceso: “¿Y culpan al maestro por ello? Previo a esa mala condición física están los kilos de hamburguesas, pizzas y hotdogs, dulces, palomitas y litros y litros de jugos y coca colas. Además de horas y horas postrados frente a un televisor o videojuego. Esa debería ser la penalización o indignación que un niño no soporte ni 10 minutos de actividad, eso sí es indignante y muy triste. Niños inactivos y padres “sobreprotectores”. Si los protegieran de verdad, elegirían mejores alimentos y actividad sana para sus hijos”.
Continua ella ampliando su comentario: “Mi hijo de 8 años es practicante de tae kwon do, a veces me pide no entrenar porque ´tiene flojera y se cansa” y aunque me llega a persuadir el corazón de madre, finalmente no cedo. Su salud y aprendizaje de disciplina y temple no son negociables. Yo no tuve esa cultura en la infancia, no conozco deporte alguno, sólo aprendí a correr viendo a los runners en
el parque, lo repliqué y me sentí muy bien. Soy una simple madre que corre dos veces por semana cinco “miserables” kilómetros que me saben a gloria y el cuerpo agradece, haciéndome sentir ligera y con energía”.
Agradezco el comentario de esta madre y me pongo a pensar qué estamos haciendo como sociedad.
La estrategia nacional contra el sedentarismo, sobrepeso y obesidad denominada “Muévete” o “Mídete”, debería ser, más que una campaña publicitaria exitosa y atractiva, un momento de reflexión, una toma de consciencia de nuestra realidad y un llamado a la acción inmediata, antes que más niños o jóvenes sigan desmayándose en los planteles educativos ante un esfuerzo físico.
Hay que movernos, hay que hacernos conscientes, hay que cambiar nuestra visión de la realidad, hay que salir de la zona de confort que nos daña como sociedad, hay que asumir la responsabilidad de lo que nos corresponde a cada uno y hay que entender que el wellness (bienestar) no es una moda para hacer ejercicio y ponerse a dieta, es un estilo de vida para tener mejor calidad y salud en nuestro caminar.
No se trata de prohibir los dulces, las golosinas o la comida chatarra o eliminar los videojuegos y las tabletas o dispositivos móviles que han sustituido al televisor. Se trata de poner límites, equilibrio y tener un estilo de vida activo, vigoroso y saludable.
“Muévete” más que una campaña publicitaria (...) un momento de reflexión