Sepultan en ceremonia privada a salvadoreños que murieron ahogados
Los salvadoreños Óscar Martínez y su hija Valeria, ahogados el pasado 23 de junio en el río Bravo tras intentar llegar a Estados Unidos, fueron sepultados ayer en San Salvador en una ceremonia privada.
Los féretros fueron llevados de las instalaciones de una funeraria municipal al cementerio público La Bermeja, con el que comparte terreno, sin que se permitiera el acceso a la prensa a ninguno de los dos sitios.
La funeraria y el cementerio eran custodiados por miembros del Cuerpo de Agentes Metropolitanos de San Salvador.
Decenas de vecinos y amigos de San Martín, sitio del que eran originarias las víctimas, llegaron en autobuses para acompañar a la familia en el entierro.
La ceremonia de inhumación de Óscar y Valeria, cuya tragedia ha consternado a la comunidad internacional tras la divulgación de una fotografía en la que se ven flotando en las aguas del Río Braintentar vo, comenzó pasadas las 10:00, hora local.
El alcalde de San Martín, Victor Manuel Rivera, confirmó la inhumación de los restos y relató que la esposa de Óscar y madre de Valeria, Tania Vanessa Ávalos, agradeció “a las personas que les han dado apoyo”.
Admite problemática
El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, dijo que su país tenía la culpa de empujar a decenas de miles de sus ciudadanos a emigrar cada año, incluidos un hombre y su hija que se ahogaron al cruzar a Estados Unidos la semana pasada y cuya imagen se convirtió en un punto focal en el debate migratorio.
“Las personas no huyen de sus casas porque quieren, huyen de sus casas porque sienten que tienen que hacerlo”, expresó Bukele ante la prensa.
“Huyeron de nuestro país, huyeron de El Salvador”, continuó. “La culpa es nuestra”, admitió.
Las declaraciones de Bukele fueron en respuesta a las preguntas de los reporteros en torno a la muerte de Óscar y Valeria Martínez, así como de sus planes para
“Las personas no huyen de sus casas porque quieren, huyen de El Salvador, huyen de nuestro país, porque sienten que tienen que hacerlo; la culpa es nuestra” Nayib Bunkele Presidente de El Salvador
afrontar las preocupaciones económicas y de seguridad que han empujado a los salvadoreños a abandonar el país e intentar llegar a Estados Unidos.
Sus comentarios llamaron la atención en una región donde los líderes políticos han sido reticentes en asumir cualquier responsabilidad por las dinámicas sociales y políticas que alimentan la migración y suelen ocuparse solo retóricamente de la idea de que las condiciones deben mejorar en casa para alentar a la gente a que se quede.
En Estados Unidos viven casi 1.4 millones de salvadoreños, el equivalente a una quinta parte de la población de ese país, de acuerdo con el Migration Policy Institute.
Bukele, quien asumió la presidencia hace un mes, reconoció que la inseguridad y las dificultades económicas son las principales fuerzas que empujan a muchos de sus ciudadanos a arriesgarse en un viaje peligroso hacia el norte en busca de una vida mejor.
“Se sienten más seguros al cruzar un desierto y tres fronteras hacia EU porque sienten que es más seguro que vivir aquí”, dijo.