Milenio Puebla

La hora de la redención

Copa América. Argentina se enfrenta a Brasil por el pase a la Final continenta­l; la última victoria albicelest­e sobre la Canarinha en este torneo, se dio en 1991

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El partido entre Brasil y Argentina es el clásico más viejo a nivel de seleccione­s en el mundo. Dos naciones futboleras por tradición, dos pueblos que viven este deporte más allá de 90 minutos. Dos religiones que tienen deidades bien definidas, dos colosos que pugnan siempre por la mayor gloria; aunque en los últimos años los dos están en un periodo de transición que no se sabe bien a bien cuando termine por devolverlo­s al gran escaparate.

La Copa América los vuelve a poner frente a frente, con el pase a la Final de Maracaná como premio. Solo uno saldrá con la sonrisa en el rostro. Puede ser la albicelest­e de Lionel Messi o la Canarinha de Philippe Coutinho. A priori, los dos jugadores que están

Argentina nunca ha derrotado a Brasil como visitante en un juego oficial

llamados a ser los guías de sus respectiva­s seleccione­s esta noche en el estadio Mineirao.

La historia de este torneo ya los ha puesto frente a frente en tiempos pasados; hasta en cuatro ocasiones, con saldo a favor de Brasil con tres victorias por una derrota. Argentina no le gana a la verdeamare­lha desde la Final de 1991. Después de esa cita hubo otros cuatro enfrentami­entos, los cuales los ha ganado el cuadro cario ca, dos de ellos en finales, provocando un trago más amargo en los pamperos.

La última vez que se vieron las caras fue en la Final de la edición de Venezuela 2007, que acabó con un contundent­e 3-0 en favor del conjunto brasileño. De aquella noche en Maracaibo, aún sobreviven dos jugadores, uno por bando. Dani Alves hoy capitán brasileño. Y Leo Messi, quien también lidera el vestuario argentino. Cosa curiosa, los dos son grandes amigos después de las conquistas que tuvieron en Barcelona.

Esos antecedent­es y todo el entorno que vive Argentina, más cuestionad­a que Brasil, porque Tite ha logrado darle cierta estabilida­d a la Canarinha; algo que Scaloni añora con vehemencia, son situacione­s que invitan a la albicelest­e a dar un golpe de autoridad, a reivindica­rse, a mandar un mensaje claro en la tierra de su histórico rival.

Argentina apela a continuar con su progresión tras los brotes verdes que apareciero­n en cuartos ante Venezuela, a la espera del advenimien­to de Lionel Messi, desapareci­do en combate y solo protagonis­ta por criticar el mal estado del césped de los estadios brasileños. No se ha visto la mejor versión de La Pulga, por lo que esta noche puede ser un buen día para mostrarse.

Además, justo en el Mineirao ya tuvo lugar un episodio trágico para Brasil en un gran torneo, fue hace cinco años en el Mundial de 2014, cuando Alemania le endosó aquel 1-7 en semifinale­s. Argentina puede provocar otra herida grande en el corazón brasileño. O bien, los locales pondrían un parche a esa histórica afrenta de la que aún se escuchan lamentos.

Argentina nunca le ha ganado un partido oficial a Brasil en su casa. La Canarinha ha ganado las cuatro Copas América que ha organizado. Y en las últimas cuatro ocasiones que se han enfrentado

“Jugamos contra el favorito; nosotros creemos que podemos hacerlo bien, ponérsela difícil al rival y pasar” Lionel Scalonni Entrenador de Argentina

“Este partido es muy grande ante un rival de los que admiramos porque tiene grandeza. Queremos ser mejores y ganar” Tite Entrenador de Brasil

en duelos de eliminació­n directa; el gesto de felicidad ha sido para el cuadro brasileño.

La Argentina de Messi se ha quedado en la raya en las últimas dos Copa América; tragos amargos que hoy pueden empezar a cambiar. Brasil no será un rival sencillo, porque también se juega mucho de su futuro inmediato y a largo plazo. Un clásico que paralizará Sudamérica. Solo uno festejará, pero Argentina se juega su redención.

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AFP Lionel Messi y Sergio Agüero.

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