La luz del triunfo
Acerca de “la estabilidad política y económica”, Gamés tiene otros datos. Van a perdonar a Gilga, pero a ciertos articulistas se les llamaba “vendidos” en aquellos años en los cuales los periódicos le daban las gracias al señor Presidente...
Gil estaba nervioso. La serpentinas, el confeti, los silbatos, listos; las consignas, puestas en su lugar, la atención y la tensión (ción-sión) en el punto más alto para escuchar el discurso del Presidente en el Zócalo. Y qué decir de la esperanza, kilos de ella en bolsas para dar y repartir por si a alguien le faltara. Reloj: marca las horas porque voy a enloquecer. ¿Tres gotas de Rivotril le caerían bien a Gilga? Es que se come las uñas, se arranca los padrastros, se muerde los nudillos un año después de la victoria. Que no se diga que Gamés no se une a las altas misiones de la República.
Otro al que se le queman las habas, el jurisconsulto y comediante John Ackerman. Su contribución en su periódico La Jornada es una pieza inolvidable y no poco crítica del gobierno, así lo revela el título de este artículo inmarcesible: “Un año de congruencia y estabilidad”. Los que estén sentados párense, los que esté parados siéntense (no empiecen): “Lo más destacable de los 12 meses que han trascurrido desde la revolución ciudadana del 1 de julio de 2018 es, por un lado, la absoluta congruencia de Andrés Manuel López Obrador y, por el otro, la estabilidad política y económica que se vive en el país”.
Gil dio una machincuepa en el mullido sillón: “la congruencia” no es cosa fácil en la política, pero que sea “absoluta”, eso sí no lo leía Gilga desde que era niño. Acerca de “la estabilidad política y económica”, Gamés tiene otros datos. Van a perdonar a Gilga, pero a estos articulistas se les llamaba “vendidos” en aquellos años en los cuales los periódicos le daban las gracias al señor Presidente. Escribe (es un decir) Ackerman: “(siete meses después) López Obrador sigue siendo exactamente el mismo de siempre: un hombre humilde, honesto y trabajador que se levanta muy temprano para revisar las estadísticas delictivas del día anterior, girar órdenes a su
Ackerman ha confundido al presidente López Obrador con San Martín de Porres
gabinete de seguridad y sostener un diálogo circular con los representantes de los medios. Trabaja 16 horas al día, ocho días de la semana sin aflojar el paso por un segundo en su compromiso con la transformación del país”. ¿Cómo la ven? Dicho esto sin la menor intención de un albur elogioso. Ya lo leyeron: “ni un segundo se afloja el paso”, ni un segundo. Ackerman ha confundido al Presidente con San Martín de Porres.
Si no se les han puesto los pelos de punta, lean esto: “por fin contamos con un jefe de Estado que quiere proteger y apoyar a los grupos vulnerables en lugar de asesinarlos”. ¡Asesinarlos! Un grito desgarró el silencio del amplísimo estudio: ay, mis hijooos: adulones y limítrofes.
La Guardia
Mientras se afinaban los detalles de la fiesta en la cual se celebraría la llegada al poder del Presidente, Gil vio en sus periódicos la impresionante fotografía delos miembros de la Guardia Nacional cuadrándose ante su comandante en jefe. La Guardia Nacional, que deberá ser convocada por las entidad es del país cuyas fuerzas policiales no sean capaces de contener el fenómeno delictivo local, quedó establecida. De acuerdo con su Reglamento, la Guardia tiene siete direcciones generales especializadas en labores de calle y gabinete (desde los patrullajes simples, hasta la inteligencia para prevenir labores de narcotraficantes).
Vean la lector a, el lector y le lect ere: lo concedido ala Guardia en términos de estructura y recursos humanos no se vio tan limitado por la austeridad .“Solo hay 4 unidades (un escalón abajo del nivel de subsecretario de Estado), pero como apoyo de las siete direcciones generales de labores policiales, habrá 6 direcciones generales para manejo de recursos financieros, materiales y nóminas; tres direcciones generales destinadas a temas de reclutamiento y formación de los guardias nacionales, y 8 más para temas jurídicos y de seguimiento a procesamiento de elementos que hayan cometido faltas”. En términos de condiciones laborales, regresa el seguro de gastos médicos mayores.
Gil leía con los ojos de plato y plata: la intervención de la Guardia a lo largo del territorio nacional va a operar mediante una instancia colegiada permanente, la Coordinación Operativa In ter institucional, en la que intervendrán los militares y representantes de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana. Dirán la misa constitucional, pero la Guardia Nacional (al-al) es una institución militar, su comandante es un general y sus coordinadores vendrán del Ejército y la Marina.
Todo es muy raro caracho, como diría Cicerón: “La victoria es por naturaleza insolente y arrogante”.