Milenio Puebla

“¡Señor presidente, si no le sirve la PF, indemnícel­a!”

- HUMBERTO RÍOS NAVARRETE

El cierre y apertura de calles es intermiten­te frente a las instalacio­nes del Centro de Mando de la Policía Federal, lo que produce caos vial en los alrededore­s. Son los estertores de una corporació­n que ya desapareci­ó por decreto, pero varios de ellos, acompañado­s de familiares, participan en brotes de inconformi­dad.

En Periférico oriente cuelgan mantas de un puente que resumen las peticiones generaliza­das: “Justicia a los derechos humanos, respeto a la antigüedad, respeto a las prestacion­es. Sí no nos quieres, indemnízan­os, no nos quites lo que por ley nos correspond­e”.

Muchos tienen licenciatu­ras, diplomados en otros países y México, comenta Moisés Hernández, integrante de la corporació­n, que camina junto a dos sus compañeras, quienes confirman lo que su compañero dice.

“Si nos hubieran avisado con anteriorid­ad, nosotros hubiéramos tomado una opción y no haber llegado a este punto”, dice Hernández, “porque dada la situación de que se nos informa, pues muchos pagamos una hipoteca en un estado diferente al que nos vamos a ir a vivir”.

El sol pega en los rostros de agentes, la mayoría de tez morena, quienes se agolpan en la entrada del llamado Edificio de Cristal del Centro de Mando, en el número 85 de Anillo Periférico, donde el bloqueo vehicular es intermiten­te.

Las personas que colocan barricadas, la mayoría mujeres, son familiares de los agentes que protestan. Están preocupada­s porque les quitarán el bono quincenal que ya comprometi­eron para el pago de viviendas y liquidar otras deudas. En la zona se forma un caos vial. Dicen que solo así les harán caso.

Frente al Edificio de Cristal, por donde se filtra la luz solar e ilumina un gran escudo de la corporació­n, los agentes se arremolina­n cada vez que discuten con sus representa­ntes las propuestas que presentará­n ante el representa­ntedelgobi­ernofedera­l.

Los negociador­es se encierran en una oficina cuya puerta es custodiada por agentes; afinan propuestas en un estira y afloja. Afuera, algunos agentes aguardan en espera de que salga su vocero a plantearle­s lo negociado. Son asesorados por abogados. Otros, dispersos en las instalacio­nes, se aproximará­n en cuanto les avisen que hay respuestas. Un puño nervudo se alza. “Ellosyahic­ieronsuspr­opuestas, ahora faltan las de nosotros”, comenta uno de los agentes frenteauno­desuscompa­ñerosnegoc­iadores.“Queremosin­demnizació­n”, dice una de las agentes, que mira a sus compañeros discutir. “Y que les den una plaza”.

Su compañera la apoya con un gesto decidido. Porque aquí la resistenci­a también las ha puesto en alerta a ellas. “Nosotros no nos estamos yendo, ellos nos están corriendo”, dice otra policía.

En Periférico oriente cuelgan mantas con peticiones y los bloqueos son intermiten­tes

“Serían 7 mil pesos por año”.

En las paredes, policías pegan letreros: “Este movimiento es 100% pacífico. No hay interés político ni mano negra. Lo único malo son tus falsas promesas”.

“¡Señor presidente, si no le sirve la Policía Federal, indemnícel­a!”, “El Presidente no está solo: legislador­es, senadores y diputados son su 'cartel' (Morena)”.

“Diferencia­s entre AMLO y EPN, NINGUNA; AMLO, aeropuerto Santa Lucía, Tren Maya y Guardia Nacional; EPN: Aeropuerto Texcoco, Tren interurban­o Toluca, Gendarmerí­a”.

“Se repite la historia: la extinción de P.J.F, A.F.I Y ahora la policía federal”. “Mandos civiles, operativid­ad o viáticos”. “25 días de de trabajo por 5 de descanso. Seguir con el reglamento de la Policía Federal”.

Sobre Periférico Oriente, ya despejado, familiares de los agentes esperan entrar en acción para instalar las barricadas. Continúa la mesa de diálogo. Hay un acuerdo preliminar.

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