Milenio Puebla

Endurecimi­ento en migración separa a familias

Apoyo en la capital. Greicy Ávila, originaria de Honduras, dio a luz a sus gemelos; sin embargo, su esposo no estuvo cerca porque antes del alumbramie­nto fue deportado

- JAIME ZAMBRANO

En el marco de las políticas migratoria­s implementa­das por el gobierno federal, en el territorio poblano, Greicy Ávila, originaria de Honduras, dio a luz a sus gemelos; sin embargo, su esposo no estuvo cerca porque antes del alumbramie­nto fue deportado y ahora busca ingresar a México para que la familia se vuelva a unir y definir su destino.

La joven se encuentra en el albergue de la parroquia de Nuestra Señora de la Asunción, al poniente de la capital del estado de Puebla, a cargo del sacerdote Gustavo Rodríguez Zárate, donde es acompañada por su hijo primogénit­o de 10 años, Joshimar, quien le apoya para cuidar a los dos bebés.

Ante la situación económica de Honduras, Greicy y su esposo decidieron salir en enero de este año de su hogar con destino a Estados Unidos donde cuentan con familia que podría apoyarlos para encontrar un trabajo y mejorar su calidad de vida.

Greicy y su esposo dejaron en casa de la abuela a su segunda hija de siete años de edad, Génesis, con la promesa de que, en un futuro cercano, en cuanto estuvieran en Estados Unidos, todos se reencontra­rán.

Desde su salida, todos los días avanzaban en busca de alcanzar su meta de cruzar territorio mexicano para llegar a la frontera con Estados Unidos; sin embargo, cuando pasaban por territorio poblano, la situación se complicó.

La mujer relató que su esposo fue detenido por personal del Instituto Nacional de Migración (INS), mientras que ella se quedó en Puebla donde fue apoyada por el sacerdote, Gustavo Rodríguez Zárate, y fieles católicos, desde la parte final de su embarazo.

“Vengo desde Honduras. Iba hacia Estados Unidos. Salí de Honduras desde el pasado 25 de enero. Veníamos en camiones, éramos un grupo de ocho. Veníamos tres mujeres, tres hombres y dos niños. Cuando llegamos al albergue de Acayucan, estado de Veracruz, estuvimos un par de horas porque no aguanté. Tomamos el camión a Puebla y de allá un taxi hasta este albergue”, comentó la centroamer­icana.

Una vez en territorio poblano, Greicy Ávila no se sintió bien y en febrero de este año, pidió apoyo al sacerdote de la capital, Gustavo Rodríguez, así como a fieles católicos para realizarse estudios en un hospital, de donde ya no salió ante las complicaci­ones que se presentaro­n durante el embarazo.

“Estuve en el hospital 22 días hasta que nacieron los niños, uno se llama Alexander y el otro se llama Mauricio. Llegamos a un buen lugar aquí en la parroquia y el padre Gustavo nos ha dado bastante apoyo. Incluso, los jóvenes que vienen a hacer servicio social, traen regalitos a los niños”, expresó la mujer.

Tras ser deportado, el esposo de Greicy intentó llegar a Puebla en dos ocasiones; sin embargo, las autoridade­s migratoria­s lo regresaron a su país de origen. Hace casi un mes, el padre de sus hijos estaba cerca de llegar a Puebla, pero en el autobús en el que viajaba fue detenido.

Un poco antes, su esposo estuvo en Acayucan, Veracruz, esperando un permiso especial

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