A nombre de Tarantino...
Les voy a pedir un gran favor. Si no tienen la edad o esa afición en particular, vayan leyendo respecto a, o viendo películas y series que se hicieron a finales de los años 60 en Hollywood. Indaguen sobre el shock cultural que fue el movimiento hippie, sus maravillas, pero sobre todo sus peores ya muy desviadas consecuencias (Charles Manson y su culto de eventuales asesinos).
Les pido esto porque Érase una vez ... en Hollywood puede ser leída como una obra maestra o como una serie de relatos sin consecuencia, dependiendo mucho del contexto que uno tenga para ir viviendo lo que ocurre ahí.
Estuvimos con Quentin Tarantino hace algunos días y, como siempre, es un deleite total hablar con un amante absoluto del cine. Imagínense a qué grado esto es un placer que después de una larga entrevista (que compartiremos aquí mismo ya más cerca del estreno de la cinta en México, el próximo 23 de agosto) nos lo encontramos nuevamente en el pasillo del hotel y emocionado por haber recordado algo que no nos dijo, siguió con el relato como si todos estuviéramos en una noche de amigos en algún bar. Aún mejor, cuando se acercó Brad Pitt (los elevadores ya los esperaban para bajar a su conferencia de prensa) y emocionado al ver la escena dijo: “¡Ah! ¿Está contando sus historias otra vez? ¡Es mi momento favorito del día!”, y se sentó al lado como un fan más para escuchar a su director explicarnos por qué Hollywood Blvd. de un año para acá había cambiado tanto que ya no habría podido filmar ahí las escenas de época que para esta cinta aún logró transformar.
El caso es éste. Ya con la p re mi er de esta cinta en E U, y con las expectativas que hay, considerando el elenco, temática y la amenaza del director respecto a su inminente retiro, van a empezar a escuchar muchas cosas de la cinta. Yo solo tengo tres comentarios puntuales, sin spoiler alguno que quiero que sepan desde ahora, a un mes del estreno en nuestro país:
a) Creo que en ciertos momentos esta cinta contiene las mejores actuaciones de la vida de Leonard o Di Caprio, quien es cada día más un monstruo frente a la cámara.
b) Entiendo, después de ver esta cinta, por qué Tarantino ya no siente que pueda seguir. Está retratando mejor que nadie el fin de una era y de sus estrellas en Hollywood, y claramente estamos en el fin de otra. Una en la que grandes cintas como estay anos e podrán seguir haciendo, tristemente, más que para la televisión premium. Tarantino podrá hacer muchas cosas ahí, o escribir libros, como nos dijo, pero nunca será un director que haga cine “a medias”.
c) Lo que les pedía al principio. Háganse un favor y lleguen con algo de información sobre cómo eran la tele, la sociedad y la vida en esos tiempos. Échense un rudo chapuzón a la historia de Sharon Tate y Roman P ola nski(ant es de ...) y les aseguró que la cinta, que vive en su propio ritmo y se da el tiempo para mostrarnos a los personajes y cómo viven tres días de sus vidas, será otra experiencia. Una infinitamente superior a la de alguien que no sepa lo que pasó en aquellos fatídicos, pero fascinantes tiempos.
La cinta puede ser leída como una obra maestra o como una serie de relatos sin consecuencia