Los malportados y la toma de decisiones
Aun en la hipótesis de hacer periodismo que apoye a un gobierno que encabece la verdadera transformación social, no concibo a reporteros y editores acríticos. Hasta en ese escenario tendríamos que ser, como hemos hecho, críticos de sus errores, alertar sobre casos de impunidad, corrupción e injusticia y señalar a quienes incumplen.
Ni en el mejor escenario puede esperar el Presidente que haya periodistas y medios “bien portados”, sería un suicidio para la prensa y pronto esos medios y reporteros se volverían irrelevantes para el debate público.
Lo que falta es más información crítica, porque en estos días es enorme la cantidad de decisiones que se toman en nombre del desarrollo cuando en realidad se trata de rutas hacia el pasado.
UnejemploesescucharalsubsecretariodeEnergía, AlbertoMontoya,defenderlapolíticaenergéticabasada en combustibles fósiles a partir de la necesidad de mover43millonesdeautos,elparquevehicular,cuando éstos ahogan a las ciudades. Los urbanistas recomiendan cambiar el planteamiento, se trata de mover personas, no vehículos. Por eso tampoco podemos compartir la decisión del Presidente de cancelar el MetrobúsdeLaLagunaconbaseen un falso dilema: transporte público o agua. ¡No! Las dos cosas son necesarias.
Esto no significa desaparecer autos ni condenar a quieneslosutilizan,perosírestaurarelequilibriopara la vida en las ciudades. Si primero van los pobres, entonces primero debe ser el transporte público.
No es privativo de la 4T, lo mismo sucedió en el sexenio de Peña Nieto que gastó miles de millones de pesos en obras perecederas y de utilidad efímera, como la ampliación de autopistas y la construcción de dobles pisos en forma de distribuidores viales, gasas de incorporación, tréboles, pasos elevados, deprimidos y túneles sin que haya mejorado el tráfico, más que marginal y temporalmente.
La mejor prueba es Ciudad de México. Sólo en este siglo se han construido 78 kilómetros de vialidades elevadas y a pesar de ello ocupamos el primer lugar entre las metrópolis con el peor tráfico en el mundo (cfr. índices Tom-Tom e Inrix), pero ni así paran. El nuevo gobierno de la capital planea alrededor de 10 kilómetros más de segundos pisos camuflados bajo el argumento de que se trata de “puentes vehiculares”, ¿puentes de 3 kilómetros de extensión? Eso es un segundo piso aquí y en China.
Por eso se requiere de información para que la sociedad pueda pedir u obligar a quien toma las decisiones a que lo haga para el bien común, para todos, para los pobres, que por primera vez sean ellos los destinatarios de las decisiones oficiales.
¿Por qué no ordenan y modernizan el transporte público? No es fácil, por supuesto, los intereses que lo rodean pueden llegar a la violencia para defender el statu quo, pero alguien tiene que empezar. Hace 15 años, la misma pareja de López ObradorSheinbaum lo hicieron con la creación del Metrobús, ¿es mucho pedirles que lo recuerden?.
Ni el Presidente puede esperar que haya periodistas y medios “bien portados”