El compromiso de México hacia un mundo libre de armas I/III
Hoy se requiere del apoyo de diversos actores y del país vecino del norte para cerrar el flujo ilícito de armamento a nuestro territorio; es una de las actividades ilícitas más lucrativas que causa mayores daños al incrementar la violencia
El compromiso histórico de México con el desarme y la paz lo ha llevado a defender diversos marcos normativos en el seno de la ONU para reducir el flagelo de las armas. Desde el Tratado de Tlatelolco que estableció la primera Zona Libre de Armas Nucleares hace 52 años hasta el Programa de Acción contra el Tráfico Ilícito de Armas Pequeñas y Ligeras, el Protocolo de Palermo contra la Fabricación y el Tráfico Ilícito de Armas de Fuego, el Tratado sobre Comercio de Armas (ATT) y el reciente Tratado de Prohibición de Armas Nucleares hemos mantenido una firme condena a las armas nucleares y convencionales, a la que se sumó la sociedad civil con un papel decisivo.
Entodosestosespacios,México ha mantenido un llamado urgente para atender el ciclo completo del armamento, desde su diseño hasta su destino final, con especial atención al tráfico ilegal de armas de fuego, a partir de la responsabilidad compartida entre productores, exportadores y receptores.
Hoy se requiere del apoyo de diversos actores y de nuestros vecinosdelnorteparacerrarelflujoilícito de armas a nuestro territorio. Es una de las actividades ilícitas más lucrativas –comparable con eltráficodedrogasylatratadepersonas– que causa mayores daños alincrementarlaviolenciaypoder
de la delincuencia. Algunas cifras de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) revelan una realidad mundial que se impone con crudeza:
El valor anual del comercio de armas representa hoy unos 100 mil millones de dólares, equivasu lente al doble de la Ayuda Oficial al Desarrollo anual de la OCDE. De esta suma, 4 mil millones corresponden a armas de fuego y más de mil millones, al tráfico ilícito de estas.
Cadaañoseproducen8millones de armas y 12 mil millones de muÁngela
El valor anual del comercio de armas representa hoy unos 100 mil millones de dólares
niciones, al menos dos municiones por cada habitante del planeta.
Cerca de un millón de personas perece al año por armas convencionales –principal instrumento de muerte global.
En promedio, mil 500 vidas – muchas de civiles, mujeres y niños– son arrebatadas diariamente por estas armas.
De las muertes violentas, 44% es por armas de fuego.
Hay 875 millones de armas pequeñasyligerascuyocomerciooficial,juntoconeldemuniciones,superalos7mil100millonesanuales.
Se trata de un grave flagelo a la población y futuras generaciones. Por ello, la Agenda 2030 llama en su objetivo 16 –a favor de sociedades pacíficas, justas e inclusivas– a reducir de manera significativa las armas ilícitas.
La quinta Conferencia del ATT que se celebrará en Ginebra a finales de mes permitirá sumar voces frente a las armas pequeñas y ligeras y sus municiones; y en noviembre podremos reforzar el régimen sobre ciertas armas convencionales, a la luz de los nuevos sistemas autónomos letales.
Los recursos que se desvían del desarrollososteniblealtráficoilícito de armas podrían dar un rostro máshumanoeinclusivoanuestras sociedades. (Continuará…)