Con todo el sello de la 4T
Finalmente llegó el día cuando asumió la gubernatura en Puebla, el primer candidato electo de una coalición de izquierda y que, muy al estilo de la Cuarta Transformación parece que en el estado estamos viviendo con Luis Miguel Barbosa Huerta, una réplica de lo que el país atestigua desde diciembre pasado con la presidencia de Andrés Manuel López Obrador.
Al puro estilo lopezobradorista, Barbosa Huerta rindió protesta con un discurso plagado de promesas de cambio como si fuera la nueva fundación de Puebla (a la que le llama resiliente), tomando el bastón de mando
en una ceremonia de los pueblos originarios, borrando cualquier resquicio que huela a PAN o al morenovallismo, estrenando imagen de una nueva era, ofreciendo austeridad, combate a la corrupción y con un gabinete plural y equitativo, por lo que algunos dicen que ya solo falta que más temprano que tarde comiencen las mañaneras para mantener informados a los poblanos.
Evidentemente para los amantes de la 4T estas son buenas noticias, mientras que para los contarios podría ser un signo de preocupación de que Puebla sea gobernador con lo que llaman un modelo populista.
A partir de este momento, el panismo y el priísmo en Puebla parecen ser una historia que el tiempo habrá de poner en su lugar, con sus cosas buenas y sus cosas malas, pero al final botados del gobierno por el hartazgo popular de un modelo de gobierno que parecía agotado y caduco, para dar paso a uno nuevo que a nivel nacional apenas está en su incipiente evaluación, a un mes del primer informe de gobierno y que para los poblanos, más allá de tintes partidistas, ideológicos o de régimen, existe el consenso de que el estado necesita dos cosas con urgencia además de muchas más: combatir la inseguridad y atraer inversiones que detonen la actividad económica.
Veremos cómo transcurren los primeros días del nuevo gobierno con relación a sus antecesores panistas (sin tomar en cuenta el interinato priísta de seis meses que sirvió sólo de transición para la nueva elección), toda vez que el discurso del gobernador Barbosa ha dejado en claro que no tendrá limitantes para ir por aquellos que en el pasado hayan actuado ilícitamente y hayan dañado a la entidad, difícil reto para la ratificada secretaria de la función pública, Karen Berlanga Valdés, ex funcionaria precisamente en la gestión del fallecido Rafael Moreno Valle y ligada al PAN por muchos años.
Si bien el gobierno de Barbosa Huerta llega con fuerza y con un alto índice de aceptación en el estado, sin duda un reto principal será posicionarse en Puebla capital y en el área metropolitana de la angelópolis, donde su índice de rechazo es mayor y donde se concentran los mayores capitales de la entidad que estarán viendo con ojos críticos la nueva administración.
Y en el plano nacional, Puebla significa un semillero de votos para el 2021, por lo que seguramente veremos la aplanadora de Morena trabajar intensamente en proyectos sociales, allá donde tienen un mayor número de electores para las próximas elecciones.
Estaremos pendientes.