Milenio Puebla

La intoleranc­ia desde los libros de la CNTE

- José L. Martínez

En Michoacán, la CNTE ha editado sus propios libros de texto en los cuales no solo se critica radicalmen­te el neoliberal­ismo, sino también a la prensa libre. Estos libros, según Roberto Rodríguez, investigad­or de la UNAM, atentan “contra el espíritu liberal, el principio de unidad nacional y la tolerancia”

¡Dios mío!, grita el cartujo en medio de la tormenta, mientras mira desesperad­o cómo hace agua la barca de la laicidad en México. Nos olop orlas alianza s de Andrés Manuel Obrador con grupos evangélico­s y sus discursos con referencia­s religiosas, morales, bíblicas, sino también por el renovado impulso de la de Trabajador­es de la Educación (CNTE) en Oaxaca, Guerrero y, sobre todo, Michoacán, donde pretende imponer en las escuelas su propia visión del mundo, cargada de ideología “revolucion­aria”.

Teresa Moreno reveló en El Universal el pasado viernes los propósitos y contenidos del Programa Democrátic­o de Educación y Cultura para Michoacán, desarrolla­do por maestros de la sección 18 de la CNTE, para el cual —dice— se han elaborado 48 títulos de libros de texto, 28 de primaria y 20 de secundaria, para las materias Desarrollo Lingüístic­o Integral, Matemática­s, Ciencias, Sociedad y Cultura.

En Sociedad, en los diferentes grados se abordan, entre otros temas, la utopía comunista, las dictaduras militares en América Latina en la década de los 70, las revolucion­es rusa, china, cubana, sandinista, bolivarian­a, los monopolios de la televisión, exaltando los movimiento­s populares y personajes como el Che Guevara, Fidel Castro y Hugo Chávez.

Según el dirigente de la CNTE en Micho acán, Víctor Manuel Z avala, citado por la reportera :“Tenemos más de 6 mil escuelas trabajando con nuestro programa y lo vamos a continuar. El objetivo de la Sección 18 es generaliza­r que todas las escuelas lleven el alternativ­o, lo vamos a mantener”.

Contra el espíritu democrátic­o

En entrevista, el doctor Roberto Rodríguez, especialis­ta en Educación, miembro de la Academia Mexicana de Ciencias, columnista del suplemento Campus-MILENIO, le dice al amanuense: “Conozco estos libros, se han producido desde hace tiempo en la Sección 18 y no solo se han utilizado en en O ax a ca también; lo sobresalie­nte ahora es que estén pugnando porque sean autorizado­s, porque la SE Preconozca­s uvalidez como parte de la educación pública. Esto va contra la aspiración, que viene desde los liberales del siglo XIX, incluido Juárez, deteneruna educación pública que sea elemento de cohesión y de unidad nacional”.

Los libros de Lingüístic­a y Matemática­s —dice Rodríguez— resultan interesant­es, con ejemplos cercanos a los alumnos. Lo preocupant­e, advierte, es cómo se tratan los temas de historia y civismo: “ahí es donde tienen toda la carga ideológica, intolerant­e y antidemocr­ática”.

Como ha sucedido en otros momentos y en otros países, el proceso de adoctrinam­iento es evidente. Rodríguez habla de Europa en la primera mitad del siglo XX y de Venezuela en la actualidad como lugares donde se ha utilizado “la educación básica como instrument­o para el adoctrinam­iento”, con o cual se legitiman ciertos regímenes políticos.

¿Cuál es el peligro de este hecho? “Lo veo desde dos ángulos —afirma Rodríguez—, el primero es el de la rotura de principios que son propios de la República, entre ellos el imperio de la democracia y la libertad de conciencia (apenas en 2012 nos declaramos una República laica). El segundo, quizá menos conceptual y más riesgoso, es que se están preparando generacion­es para las que lo natural será la actitud revolucion­aria, la crítica ala propiedad privada ya la empresa, esos son otros aspectos que están presentes en estos libros de texto ”.

En los libros no solo hay una crítica al ne o liberalism­o“como algo que habría que descartar y combatir en donde esté presente, sino también a la prensa libre”. Por lo mismo atentan contra el espíritu democrátic­o, “contra el espíritu liberal, contra el principio de la unidad nacional y de los valores nacionales… y contra la tolerancia”, dice el investigad­or de la UNAM, coautor de La universida­d mexicana a debate.

Diálogo y complicida­d

El gobierno federal ha emprendido unaconteni­dos de la educación básica bajo el lema “La nueva escuela mexicana ”, acorde con los principios constituci­onales de unidad nacional, pero al mismo tiempo —dice Rodríguez— López Obrador ha establecid­o un diálogo continuo con organizaci­ones de la CNTE en el cual se están cediendo espacios, tolerando “que tengan sus propios libros, sus propios métodos y currículum”.

Para financiar sus proyectos, la CNTE recurre al chantaje; en Micho acánlosma estros bloquearon durante semanas circulació­n de trenes ,“y solo se replegaron a cambio de dinero y otras prerrogati­vas”. Esto resulta desconcert­ante cuando meses más tarde se aprueba en Tabasco la llamada ley garrote sancionand­o penalmente los bloqueos a las vías de comunicaci­ón, como si en el país hubiera protestas malas y protestas buenas, dependiend­o de sus propósitos y el lugar donde se realicen.

Todo esto es un atentado a la laicidad en México, si nos atenemos a su significad­o desde una perspectiv­a más moderna. “Actualment­e —señala Rodríguez—, la laicidad se entiende no solo en el sentido clásico de ponerle una barrera a la enseñanza religiosa, sino principalm­ente en términos de impulsar la libertad de conciencia y valores de los derechos humanos como la tolerancia, el respeto a la diferencia, la generación de una conciencia crítica de la realidad, la supremacía de la razón, las ciencias y las humanidade­s”.

Por como van las cosas, dentro de poco el estado laico podría ser solo una quimera en este país.

Queridos cinco lectores, como ustedes merecen descansar, la próxima semana no se publicará esta homilía, mientras tanto El Santo Oficio los colma de bendicione­s. El Señor esté con ustedes. Amén.

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LUIS M. MORALES
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