Milenio Puebla

Nextlalpan: la tragedia que no fue

- ÁLVARO CUEVA @AlvaroCuev­a

Hoy, como nunca, el odio está en todas partes. Por eso nadie le hace fiestas al caso Nextlalpan. Ah, pero si aquello hubiera explotado, si hubieran muerto miles de personas, si esa zona hubiera quedado incomunica­da, devastada, ahí sí: maldito gobierno, todo es culpa de la 4T, vamos a pelearnos.

¿Sí se da cuenta? No es que hayamos perdido la capacidad de asombro. Es que ya no nos podemos comunicar si no es a través del odio, del rencor, de la amargura.

Alguien tiene que darle una medalla no a una, a muchas personas, a muchas institucio­nes. Alguien tiene

que presumir esta historia que habla de manera contundent­e de un nuevo México, de un país del que sí podemos sentirnos orgullosos.

En el remoto caso de que no sepa de lo que le estoy escribiend­o, déjeme le explico: El viernes, muy de madrugada, alguien perforó un ducto de Pemex en Nextlalpan, Estado de México.

Si de por sí esto es una invitación a la muerte, espérese, se pone peor. Esas personas no perforaron un ducto de gasolina, perforaron uno de gas. ¿Y qué hicieron? Pues nada, dejaron el boquete y se fueron mientras el gas salía, salía y salía. Aquello era una nube de más de un kilómetro de diámetro.

Quiero que se imagine el nivel de tragedia que pudo haber ocurrido entre las familias que viven por ahí, la carretera y el paso del tren. La desgracia que se vivió en Hidalgo a principios de año hubiera sido una travesura en comparació­n con la catástrofe que aquí pudo haber pasado.

Pero no pasó. ¿Por qué? Porque todo el mundo actuó comoteníaq­ueactuaran­tesemejant­esituación.DesdePemex y la Guardia Nacional hasta el Ejército y la Marina, pasando por la Coordinaci­ón Nacional de Protección Civil, los bomberos, la Comisión Nacional del Agua, la Terminal Ferroviari­a del Estado de México, la Caseta T-1 Tultepec, la Comisión del Agua de la entidad y los señores del Circuito Exterior Mexiquense, por mencionar solo unas cuantas instancias.

El Presidente, por supuesto, le mandó un mensaje a los huachicole­ros. El combate va en serio. El caso es que el siniestro fue controlado de manera gradual, profesiona­l, y que la gente de la zona, casi 3 mil habitantes, fue trasladada a albergues. No hubo un solo herido.

¿Cuáles son las notas? Primero, la resolución de este conflicto, la eficiencia, el saldo blanco. Segundo, la valentía de todas las personas que arriesgaro­n su vida para impedir una tragedia. ¡Son héroes! Punto. Y tercero, el trabajo en equipo honesto y eficiente de grupos de diferentes partidos políticos.

¡Para que luego vengan y nos hablen mal de nuestra clase política! ¡Para que nos inventen que aquí no se puede trabajar! Según reportes publicados ayer, los habitantes de Nextlalpan ya comenzaron a regresar a sus hogares. Las cosas están volviendo a la normalidad.

Como bien dijo David León Romero, coordinado­r nacional de Protección Civil, en un video publicado en su cuenta de Twitter, esto es un orgullo.

¡Qué historia tan más maravillos­a! ¡Qué gran ejemplo! ¿Ahora entiende por qué era importante hablar de esto?

Hoy, como nunca, el odio está en todas partes. El caso Nextlalpan nos acaba de dar una gran lección. Nos acaba de mandar un inmenso mansaje. ¿A poco no? ¡Felicidade­s!

La fuga de gas fue controlada de manera profesiona­l, sin heridos entre los casi 3 mil habitantes

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